Hoy 
Gobiernistas y opositores, y el clero y el resto de la sociedad civil de cuatro provincias del Sur celebraron un encuentro ayer en un hotel de Barahona con una sola consigna: la presa de Montegrande debe ser el punto de partida para el desarrollo de esta región afectada por la pobreza. Para lograrlo, el Congreso debe aprobar un financiamiento que el Poder Ejecutivo no ha enviado todavía.
La presa generaría, durante su construcción, miles de empleos, y ya terminada integraría más de 300 mil tareas al riego y regularía las crecidas devastadoras del Yaque del Sur. Costaría US$270 millones. ROSA ALCANTARA
BARAHONA. Representantes de los sectores gubernamental, político, eclesial y social de la región Suroeste dejaron atrás sus diferencias para unificarse en torno a la construcción de la Presa Montegrande, de la cual dijeron que representará el punto de partida para el desarrollo de las empobrecidas provincias de la región Suroeste, Barahona, Pedernales, Independencia y Baoruco.
En un encuentro celebrado en el hotel Costa Larimar de aquí se juntaron el obispo de Barahona, Rafael Leónidas Felipe, los gobernadores, los senadores, diputados y síndicos de la región Suroeste de los tres principales partidos políticos, así como representantes de la sociedad civil y el director ejecutivo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), Héctor Rodríguez Pimentel.
Asimismo, estuvieron allí los responsables de ejecutar el proyecto, la empresa brasileña Constructora Andrade Gutiérrez S.A. La obra tendrá un costo de US$270 millones.
Beneficios de la presa
De acuerdo a lo informado por Rodríguez Pimentel y por el director general de la Constructora Andrade Gutiérrez S.A, José Carlos Marques Diniz, la presa de Montegrande generaría 15 mil nuevos empleos en la región, integraría 301,150 tareas de tierra nuevas al riego y garantizaría agua a las 408,239 tareas actualmente sin garantía total de agua. Además, el suministro estable y seguro de 2 metros cúbicos por segundo de agua a 51 comunidades, 480,000 habitantes, lo que evitaría el bombeo y ahorraría US$755,082.00 por año en costo de energía.
Garantizaría la producción y el suministro de alimentos a la población en el área de influencia del proyecto, contribuiría a la producción nacional y crearía una fuente potencial de provisión de alimentos para el desarrollo del turismo en la región Suroeste, además controlaría las inundaciones en el área.
Asimismo, reduciría la vulnerabilidad y protegería a una población de más de 60,000 personas en las comunidades Jaquimeyes, Tamayo, Vicente Noble, Uvillas, Canoa, Peñón, Bombita, Fundación y Pescadería. También disminuiría el riesgo y la vulnerabilidad tanto de la infraestructura vial como la de servicios. Además, la promovería el turismo sostenible.
Reclaman aprobación
A unanimidad existe el reclamo de que sea sometido sin dilación al Congreso Nacional el proyecto de financiamiento del proyecto.
Los senadores, el reformista Noé Sterling Vásquez, de Barahona; el peledeísta de Independencia, Orlando Mercedes; Dionis Sánchez, de Pedernales; y Diego Aquino, de Baoruco, 10 diputados del PRD y del PRSC esperan que se someta el proyecto para aprobar el financiamiento de una vez. Los legisladores, gobernadores, síndicos de la región y el obispo pidieron al secretario de Hacienda dar la carta de aprobación del préstamo.
Antecedentes
Estudios previos
1971
El INDRHI inicia los estudios y 1978 terminación de la presa de Sabana Yegua y en 1981 se concluye Sabaneta.
1991
Se reiniciaron los estudios del proyecto de Montegrande. En 1992 y 1993 se realizan los estudios geológicos y topográficos para construcción presa Montegrande.
1995
El INDRHI hace estudios hidrológicos del sitio para la presa de Montegrande. En 1998 se hace el estudio Agrológico de la presa Montegrande.
1999
El INDRHI concluye el Plan de Desarrollo Rural (JICA). En 1999-2000 se estudia el Control de Inundaciones (CIDIAT) y en 2005 se concluye el segundo Estudio Hidrológico, confirmando la viabilidad hidrológica del proyecto.
