Ciudades EU buscan poner límite a motos invaden calles

Ciudades EU buscan poner límite a motos invaden calles

Las start ups de alquiler de scooters eléctricos se enfrentan a un problema: los ayuntamientos de algunas ciudades de Estados Unidos quieren poner límites a los vehículos de dos ruedas que han invadido las calles, según una publicación de Tim Bradshaw en Financial Times.
La nueva regulación propuesta en varias ciudades podría limitar el número de motos que operan las compañías, ya que los reguladores exigen que start ups como Bird, LimeBike y Spin tomen más medidas para informar a sus clientes sobre seguridad vial.
La publicación explica que las compañías han lanzado miles de scooter eléctricos controlados por apps y GPS en ciudades como San Francisco, Los Angeles y Austin; los conductores pueden recogerlas y dejarlas donde les apetezca.
“Financiadas por millones de dólares del sector del capital riesgo, estas start ups compiten por estar presentes en tantas ciudades como puedan”, agrega la publicación.
«La ventaja siempre es para los pioneros», opina Brad Bao, cofundador de LimeBike, que intenta captar más financiación. Esta estrategia recuerda a los comienzos de Uber y Lyft , que representan la última revolución en el transporte urbano. Incluso algunos inversores tecnológicos se quejan de la estrategia de las empresas de alquiler de ciclomotores.
Los defensores de este servicio aseguran que los scooters eléctricos son una forma de respetar el medio ambiente con un coste muy bajo.
De hecho, las consideran una de las mejores opciones de transporte local, sobre todo para desplazamientos cortos. Según la publicación, muchos consumidores parecen coincidir con esta opinión: los clientes de Bird, que fue la primera en lanzar el servicio de scooter eléctrico en la ciudad de Santa Mónica hace siete meses, ya han conducido más de 1 millón de kilómetros.
«Intentamos estar presentes en las ciudades», explica el fundador de Bird, Travis VanderZanden, ex ejecutivo de Uber y Lyft. La empresa que opera desde Los Ángeles y sus competidores tienen algunos enemigos en las esferas de poder.
«Está claro que muchas de estas compañías seguirán construyendo sus imperios corporativos sobre una premisa básica: registrar los máximos beneficios posibles e innovar recortando gastos», explicó Aaron Peskin, presidente del consejo de supervisores de San Francisco, en una reunión con las autoridades de la ciudad que tuvo lugar la semana pasada.
Detractores como Peskin argumentan que las compañías estudian lagunas legales para operar en las ciudades sin necesidad de una autorización, lo que supone un riesgo para la seguridad. Los críticos lamentan además que hay muchos conductores que van por las aceras.

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