Hay gente que paga por no salir a las calles del Gran Santo Domingo y de otras grandes ciudades del país. La razón es obvia: se sienten abrumados por la cantidad de vehículos que transitan por nuestras calles y avenidas, por la forma de conducir y por el caos y el peligro.
Pocos vehículos de motor hay que no presenten rayones en sus carrocerías, por la estrechez de las vías, de los parqueos y por el estilo de manejar de los conductores, sean estos de unidades públicas o privadas. Las motocicletas constituyen un enjambre que se mueven entre los vehículos por la derecha o por la izquierda, sin atención a norma alguna.
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Algunos ciudadanos preocupados se preguntan con frecuencia cómo será el tránsito de vehículos en ciudades como la Capital, la provincia Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, San Cristóbal y similares dentro de 10 ´o 20 años. La pregunta es válida porque las calles y avenidas son las mismas, la ausencia de normas y autoridades continúan ausentes a pesar de los planteamientos de los expertos y las quejas de los ciudadanos. Pero lo que es peor, no hay una política pública que esté diseñando planes y tomando medidas para que el tránsito vehicular mejore aunque sea a mediano plazo.
Un dato reciente revela el camino que estamos siguiendo desde hace tiempo. La prensa publica que la Dirección de Aduanas informa que en los primeros ocho meses de este año el país importó 95,528 vehículos. El desglose de esta cifra genera preocupación: Cada mes el país recibió 11,941 vehículos que, de seguro, pasaron a rodar por nuestras vías; pero igual, cada día se sumaron 398 vehículos.
Para algunos opinadores este es el precio del progreso, y otros dirán que de la modernidad. Puede que sea así. Pero mientras tanto, la ausencia de normas, la falta de autoridades, las vías con los mismos tamaños, los conductores temerarios, las importaciones sin restricciones y otros etcéteras garantizan un crecimiento del caos, del desorden, de las muertes, de los heridos, de los vehículos rayados y la desesperación de las personas.
Algo deben hacer las autoridades que están supuestas a evitar que el tránsito de vehículos se trague las ciudades.