No se conoce mucha información sobre la valiente y solidaria Cusa, como se le llamada en los grupos de amigos y al interior de las familias de opositores.
Rafael Alburquerque y Milagros Ortiz Bosch rescataron su nombre, Clara Celia Pardo, y recordaron sus hazañas antitrujillistas al proponer que una calle de Santo Domingo llevara su nombre.
La ubicación, haciendo esquina con la transitada avenida Luperón, ha concitado muchas preguntas frecuentes en casi todas las vías de la capital: “¿Quién era Clara Celia Pardo?
¿Cuándo y dónde nació y murió, quienes fueron sus padres, dónde estudió, tuvo novio?
Se ignora si dejó algún documento sobre su vida en la casa donde la acogieron Marina y Abigail Coiscou, madre y tía de Horacio Julio, Germán Emilio y Maricusa Ornes Coiscou, luchadores contra la tiranía que pasaron años en el exilio.
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Porque las relaciones de Cusa eran principalmente con antitrujillistas locales clandestinos en el país, servía de mensajera sigilosa de sus encargos y lograba entregar correspondencia procedente de Cuba, Puerto Rico, México, Estados Unidos a familiares de exiliados.
Rafael Alburquerque es quien más recuerdos tiene de Cusa.
Su padre, el abogado Rafael Alburquerque Zayas Bazán, víctima de la dictadura, preso en todas las ergástulas de la satrapía que enfrentó desde 1930, la defendió una vez que el régimen, conocedor de los pasos de la aguerrida mujer, la acusó, como forma de castigarla, de no pagar impuestos.
Clara Pardo tenía una pequeña lencería en la avenida El Conde esquina 19 de Marzo y vivía en el segundo piso, “sola y rodeada de gatos”.
La chispa que más le inspiraba a la lucha era su hermano, Miguel Pardo, exiliado en Nueva York que luego pasó a Puerto Rico donde se movilizó contra el régimen en unión de Horacio Julio Ornes y otros exiliados.
El expedicionario de Luperón lo designó presidente de su partido Vanguardia Revolucionaria Dominicana, cuando lo creó.
“Eran muy amigos, el doctor Pardo fue mi padrino y testigo de la boda de Mami y Papi”, expresa Iliana Ornes Rodríguez, hija de Horacio Julio y María Mercedes Rodríguez Vásquez (Pucha), quizá la única que conoce parte de la vida de ese médico que atendía a los dominicanos, incluida su madre: él fue quien trajo al mundo a Iliana.
A Cusa, Iliana la recuerda en la casa de su abuela, en la Benito Monción número 4, pero estaba una niña que llegó al país en 1963.
“Cusa fue parte de mi infancia. Era una mujer muy dulce, le tenía mucho cariño”. Pero ya estaba entrada en años.
“Un clon de Golda Meir”. Al pedirle una descripción de la fisonomía de Cusa, el doctor Rafael Alburquerque la define como “un clon de Golda Meir. Parecía su hermana melliza”.
“La perseguían porque le exigían manifestaciones de apoyo al régimen y ella se negaba, siempre fiel a su hermano.
Sus amistades eran los familiares opositores de entonces y a ellos solo visitaba.
Cuando alguien caía preso era la única que se atrevía a visitar esa casa y le llevaba o mandaba algún plato que ella preparaba”, declara el exvicepresidente de la República.
Significa que el régimen sospechaba que ella recibía recados de Miguel.
“En sus últimos años de vida y activismo, agrega, cerró su tienda y se fue a vivir con las hermanas Coiscou.
En esta ultima etapa vendía billetes de la Lotería Nacional.
Los colocaba en casas de familias amigas. Yo le compraba, una forma de ayudarla con dignidad. Murió en la casa de las hermanas Coiscou. Era dominicana y nunca estuvo oculta”.
El doctor Rafael Alburquerque la conoció cuando ella iba de visita a su casa y ya adulto, acompañando a su padre a la oficina “y al regresar por el Conde, nos deteníamos a conversar con ella”.
La calle
El día 21 de marzo de 2007 el Ayuntamiento del Distrito Nacional designó con el nombre de Clara Celia (no Cecilia) Pardo, la antigua calle F de San Gerónimo, a solicitud de los exvicepresidentes Rafael Alburquerque y Milagros Ortiz Bosch que la definieron como “una heroína anónima”.
Entienden que es las tantas y de los tantos que por razones diversas se mantienen en el anonimato, y cuya memoria debe ser honrada y resaltada para que sirva de ejemplo a las nuevas generaciones.
Y otra muestra de que entre las mujeres también se destacan ejemplos de solidaridad, valentía, honestidad y trabajo en la lucha por la libertad y la democracia.