Claridad en el empleo del lenguaje

Claridad en el empleo del lenguaje

Nuestro uso del lenguaje debe ser claro y certero, dirigido a una comunicación sin equívocos, alejada de ambigüedad o anfibologías. Se requiere, por tanto, la propiedad en el empleo de cada término. Quiere decir que debemos escoger el vocablo que corresponda al significado que procuramos expresar. Por ejemplo, no decir /impugne/ cuando pretendamos utilizar la forma /impune/. Ni mucho menos emplear /impune/ cuando tratamos de la primera y la tercera personas del singular del verbo impu/g/nar o la tercera persona del singular del imperativo del mismo verbo.

Impugnar es contradecir, combatir; interponer un recurso en contra de una decisión judicial.

/Impune/ es algo que queda sin castigo. Es un adjetivo. /Impunemente/ es un adverbio de modo: con impunidad, falto de sanción.

La diferencia está en la /g/ que porta el verbo impu/g/nar al final de la segunda sílaba (o intermedia). Si escribimos: “La justicia lo descargó; así que salió impugne”. Hay una irregularidad. Sobra la /g/. Hay impropiedad, en lengua oral o incorrección en nivel escrito.

Debemos hacer buena selección de cada término que vayamos a emplear. Contamos con muchas voces de formas aproximadas que nos hacen confundir: homónimos, homófonos, homógrafas, parónimos, sinónimos, antónimos, etc. En frases, en títulos, en resúmenes de cualquier escrito se nos suelen colar con imprudencia entre vocablos que produzcan ambigüedades y oscurezcan la expresión.

Debe hacer una selección consciente de las palabras que vayamos a emplear y el orden de colocación (sintáctica) para evitar trastornos. Podríamos decir caña de azúcar /azúcar de caña, pero no podríamos hacer retorno ni inversiones a cada paso. Y, en muchas aplicaciones, deben cuidarse muy bien los términos a utilizar y el lugar de la colocación de los elementos de empleo: “El asesinato del estudiante” ¿Quién asesinó a quién?

Ejemplos: “MA busca rescatar el río Ozama”. (Diario Libre, I–V–2014, P.18) MA no es una abreviatura que muchas personas sabrán a qué se está aludiendo “rescatar”; se aproxima un tanto pero no es el voquible más ajustado. Lo salva la parte final de la titulación: “el río Ozama”.

–MA es medio ambiente (el ministerio);

– Tanto se ha hablado de lo que hay que hacer con el río Ozama que mejor escribir “sanear el río Ozama” y no “rescatar” porque nadie lo tiene cautivo, aunque podría ser en lenguaje figurado.

“Maduro” por aquí, “Maduro por allá” es repetitivo (y esperamos lo mejor para Venezuela).

“Producción de agua en S. D. se vuelve a /caer/”. (Diario Libre I–V–2014, p.16.)

–Entre MA que vimos antes y S. D. no hay motivos de confusión porque S. D. lleva medio milenio de empleo como abreviatura de Santo Domingo. Casi equivale a un acrónimo.

– “Agua” y “caer” van aparejados, pero cualquiera se confunde con el verbo “caer” que el titulador del periódico lo liga (naturalmente) con agua (producción) y confunde a muchos, porque lo de agua es eso: caer. Lo mejor habría sido el complementario /se/, como enclítico: caerse.

Un titular del matutino Hoy, 30–IV–2014, p.5A:

“Primera dama regresa, fue enviada a Roma”:

–Dos formas verbales /regresa/ y /fue enviada/. Debió separarse con punto o con punto y coma para des /confundir/ (desambiguar) las dos acciones.

– Fue enviada a Roma.

¿Por qué regresa y luego se le envía a Roma? ¿Eso quiere decir que regresó, ¿de dónde, antes de enviarla a Roma?

¿Por qué no se escribió “Primera dama regresa de Roma”?

Y dejar el subtítulo: “Recibió el Premio Humanitario 2014 por su trabajo…”

 

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