Clarke: Bush falló en evitar ataques de 11-S

Clarke: Bush falló en evitar ataques de 11-S

WASHINGTON (EFE).- Richard Clarke, ex asesor en materia de terrorismo de las últimas cuatro administraciones de EEUU, afirmó ayer ante la comisión que investiga el 11-S que el Gobierno «falló» a los ciudadanos al ser incapaz de evitar los atentados

La comparecencia de Clarke era muy esperada, tras sus recientes declaraciones sobre el presidente George W. Bush, al que acusó de ignorar las amenazas de Al Qaida antes del 11 de septiembre de 2001 y de utilizar esa matanza para justificar la guerra de Irak.

Clarke reiteró sus acusaciones contenidas en el libro «Contra todos los enemigos» y aseguró que «podíamos haber hecho mucho más» para evitar los atentados, pero que en el gobierno de Bush no había la predisposición suficiente para ello.

El ex asesor agradeció la oportunidad para hablar ante esta instancia independiente, porque consideró que es «el foro en el que finalmente puedo pedir perdón a los seres queridos de las víctimas del 11-S y decirles que (…) su Gobierno les falló»

«Las personas en las que confiaron para ser protegidos les fallaron y yo les fallé (…). Lo intentamos con esfuerzo, pero no importa, porque fracasamos; un fracaso para el que pido comprensión y perdón», añadió Clarke en su declaración inicial ante la comisión.

Preguntado por cómo se veía la amenaza del terrorismo de Al Qaida en la administración Bush durante sus primeros meses en la Casa Blanca, afirmó que «se consideraba importante, pero no urgente».

Clarke explicó que tanto él como el director de la CIA, George Tenet, «trabajamos duro para crear esa sensación de urgencia» en el entorno más cercano al presidente, pero sin éxito.

«Era un problema urgente y creo que nunca fue tratado de esa manera», dijo el ex asesor, quien señaló también que los problemas de no tomar suficientemente en serio la amenaza de Al Qaida no son trasladables al gobierno del presidente Bill Clinton.

Durante los últimos años del mandato de Clinton, afirmó, «no había prioridad más importante» que la lucha antiterrorista, algo que no tuvo continuidad en el inicio del Gobierno de Bush.

Clarke recordó que entonces siempre se reunía personalmente con los consejeros de Seguridad Nacional, pero que cuando Condoleezza Rice llegó al cargo se decidió que, en vez de con ella directamente, las entrevistas fueran con el consejero adjunto, Stephen Hadley.

También criticó la actitud burocrática que hubo en distintos organismos y poderes del Estado, entre los que citó al Pentágono, el Congreso, la CIA y el FBI, ante sus advertencias del peligro de Al Qaida: «No veían una amenaza, porque no había pasado nada».

Clarke dedicó parte de su intervención a defenderse de las críticas que ha recibido por parte de la Casa Blanca, que le ha acusado de actuar por venganza por no conseguir su objetivo de ser nombrado secretario adjunto del Departamento de Seguridad Nacional.

Y lo hizo contraatacando. El ex asesor subrayó que la consecuencia del principal elemento de la política exterior de la Casa Blanca, la invasión de Irak, es que «se ha socavado de manera muy grave la guerra contra el terrorismo».

Por último, Clarke confirmó que un número indeterminado de ciudadanos saudíes fueron repatriados días después del 11-S, pese a que en EEUU se mantenía el embargo aéreo, una circunstancia que las familias de las víctimas quieren aclarar, teniendo en cuenta que la mayoría de los secuestradores eran saudíes.

Clarke afirmó haber estado al tanto de la operación, pero dijo desconocer quien dio el visto bueno definitivo a la operación.

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