Clásico de la violencia verbal

Clásico de la violencia verbal

Una obra producto del intelecto se convierte en clásica si logra mantener y aumentar su prestigio y valor social por varias generaciones, en ocasiones asumiendo un carácter universal. Para el mundo de habla hispana, Don Quijote de la Mancha, representa el prototipo de novela caballeresca en la que luego trascendido varios siglos su vigencia no parece agotarse. Igualmente sucede en la cultura oriental con narrativa de «Las mil y una noche», que por siglos al libro cumbre de Cervantes.

De su lado, los ingleses han hecho su aporte universal a través de las piezas teatrales de William Shakespeare. Este artesano de guantes nacido en 1564 fue el favorito de los reyes de época, circunstancia que le permitió desarrollar a plenitud toda su capacidad intelectual. Es difícil encontrar otro autor teatral que haya sabido describir los más primitivos sentimientos humanos como lo hizo el autor de Hamlet. En Otelo, por ejemplo, Shakespeare encarna en Desdémona la fidelidad y el amor, en tanto que Yago representa el odio, la intriga, la ambición y la traición. A cada momento en nuestro continuo transitar por los caminos de la vida nos tropezamos con muchos Yagos por lo que el personaje original se eterniza dándonos la sensación de una clonación perpetua.

En la República Dominicana, se ha hecho un clásico inmortal de la novela rural Don Manuel Del Cabral, quien en su Compadre Mon insertó estos lapidarios versos: «En esta pequeñita geografía, /en donde siempre la palabra macho /es una catedral desde muchacho. /Aquí, donde la voz está en el cinto, /ente la dentadura de las balas, /ente la dentadura del instinto».

El profesor Juan Bosch en su discurso durante la juramentación como presidente electo de la nación el 27 de febrero de 1963 hizo una pieza oratoria de tal dimensión, que 41 años después nos vemos obligados a catalogarla de pieza clásica. Veamos algunos interesantes fragmentos de la misma: «No deseamos el poder para gobernar con amigos contra enemigos, sino para gobernar con dominicanos para el bien de los dominicanos. Un gobernante democrático debe tener los oídos abiertos para oír la verdad, ojos activos para ver lo mal hecho antes de que se realice, mente vigilante para que nada ponga en peligro la libertad de cada ciudadano, y un corazón libre de odios, dedicado día y noche sólo al servicio del pueblo… No espere nadie el uso del odio mientras estemos gobernando. Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de odiar; dispuestos a crear, no a destruir; defender y amparar, no a perseguir… El mundo en que vivimos parece estar lleno de soberbia y de odios; pero cuando entramos en él con la mirada limpia del que no tiene amarguras, hallamos que millones y millones de personas trabajan en silencia por un mañana mejor. Nosotros los dominicanos debemos unirnos a esa legión de hombres y mujeres que marchan hacia el porvenir, porque si a la criatura de Dios no le fue dada la facultad de rehacer su pasado, le fue dada en cambio la de forjar su porvenir. Y el porvenir de los pueblos es obra de sus hijos más que de sus padres, de los que viven y de los que van a vivir, más que de aquellos que rindieron su tarea y se marcharon con los siglos. La obra buena de los muertos, como su obra mala, es propiedad de la historia; pero la obra buena del porvenir es el fruto de las buenas intenciones y de la capacidad para convertirlas en hechos».

Otro que también habrá de convertirse en un clásico de gobernante atípico y negativo para el presente y el futuro del pueblo dominicano lo es su actual incumbente Hipólito Mejía, como podemos demostrarlo mediante una simple muestra de una de sus últimas actuaciones de campaña. Para ello tomaremos la reseña que el periodista Máximo Manuel Perez desde Nagua para un diario matutino del día sábado 8 de Mayo de 2004: Tras calificar de »gallina» al candidato por el Partido de la Liberación Dominicana, Mejía aseguró que Fernández mantiene una actitud de amenaza permanente contra las autoridades de la Junta Central Electoral.

Fernández, hablando en presencia de los jóvenes empresarios, aseguró que la JCE »no se atrevería» a emitir un fallo dándolo perdedor de las próximas elecciones, debido a que cuenta con el respaldo de la mayoría de la población.

Visiblemente molesto por esa apreciación de su opositor, el gobernante significó que »todos saben que él (Fernández) es una gallina, no ha tenido valor nunca y para estar amenazándonos, menos. No puede seguir en esas amenazas».

Y añadió: «yo lo que puedo hacer es desafiarlo a trompadas él y yo, si él quiere, porque )qué valor ha demostrado que tiene él?». Por eso y muchas cosas más es que la mayoría de los electores a quienes nos duele nuestro país diremos no a este tipo anómalo de gobernante, enarbolando en la mesa de votaciones el 16 de mayo la consigna popular que dice: E pa’fuera que van.

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