Clasifiquemos los clasificados (I)

Clasifiquemos los clasificados (I)

También estos materiales merecen una ojeada. Aunque no dependa su realización original de los diarios que los “publicitan”, queremos decir: que los imprimen, que los publican. Los clasificados tienen magnífica lectoría.

Mucha gente acude al servicio de clasificados en busca de ubicar algo de su interés: un mueble, un alquiler o venta de inmuebles, un vehículo, un empleo disponible etc.

La persona que redacta el aviso, que procura claridad de información, piensa en el número de palabras y el tamaño del espacio que se ocupará con el anuncio. Eso implica costos y todos, más o menos, buscamos la economía.

Pero en estas redacciones, por falta de capacidad, por falta de entrenamiento o quizás por la rapidez con que pretendemos llegar a la solución de lo que perseguimos, cometemos yerros a granel, ignoramos esto o aquello.

Un caso es el de la puntuación, que si la hacemos correctamente logramos efectividad y claridad en el valor del mensaje. Con estas fallas coinciden la acentuación ortográfica, de tanta utilidad en el nivel escrito de la lengua.

Transferimos la significación de un vocablo, preciso en su empleo: dormitorio, y lo anteponemos a: habitación. De tal modo usted revisa el título de ofertas de inmuebles, en alquiler o en venta, y podría pensar, si nos viene en ganas, que aquí las casas no se construyen con dormitorios, sino todos son habitaciones.

La Real Academia de la Lengua da entrada a la palabra “habitación” y en el tercer orden define así: ‘En una vivienda, cada una de las espacios entre tabiques destinados a “dormir”, “comer”, etc’. De inmediato incluye el significado de /dormitorio/. Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), p. 80, vigésima segunda edición, 2001.

De modo que cada parte de “un lugar destinado a vivienda” es una “habitación”, pero no toda habitación es un dormitorio. En orden a dormitorio, la Academia declara: ‘En una vivienda, pieza destinada para dormir’ (Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), p.575, vigésima segunda edición, año 2001).

Por su parte, el Diccionario del Español Actual, de Manuel Seco y colaboradores, da entrada a la voz dormitorio, como /habitación/ destinada a /dormir/ en ella’. La segunda acepción, dice, exactamente: ‘Lugar en que duerme el ganado’. Y colocan la cita siguiente: “Otro edificio de dos plantas, destinada la parte superior a pajar y la parte inferior a dormitorio del ganado de labor y de renta”. (p. 1673).

En términos de habitación, este diccionario traslada la siguiente cita: “En una vivienda u otro edificio, parte separada del resto mediante tabiques y que no está destinada a servir de paso”. Y continúa. ‘Dormitorio u otra área no dedicada a servicios’.

El área de las inmobiliarias está llena del empleo de las dependencias a utilizar en las edificaciones que se promueven, ya en construcción, ya en alquiler. Al comunicarlo, se habla de diferentes dependencias. Mas, no se destacan directa y claramente, los dormitorios, sino que nos hemos acostumbrado a señalarlos como habitaciones, que no es semánticamente la mejor valoración o empleo del término. Habitación equivale a todo cuanto tenga una aplicación: Comedor, galería, cuarto de música etc.

En aras del rendimiento del espacio que pagamos en la prensa (escrita) lo mismo ponemos: habitaciones (raras veces), que /habs./, hab./ y hasta /ha/: /2h/, como si todo lector puede desenredar ese complicado ovillo de la literatura de anuncios clasificados.       

Publicaciones Relacionadas

Más leídas