Claudio Caamaño celebra sus 75 años en la cima del Pico Duarte

Claudio Caamaño celebra sus 75 años en la cima del Pico Duarte

Es el miércoles 20 de febrero. Faltan breves minutos para las 5:00 de la mañana. Mi teléfono se activa. Es Fabiola quien me informa que ella y Claudio llegarán 10 minutos después de  la hora fijada para nuestro encuentro de partida que se transfería así de las 4:50 a  las 5:00 de la mañana de ese miércoles 20 de febrero,  escogido por él como día de inicio de la escalada al Pico Duarte para celebrar en su  cima, a 3 mil 187 metros sobre el nivel del mar,  al lado de la estatua del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, y bajo la bandera dominicana que la corona, sus 75 años de vida.   

 Cuando arribé al punto de reunión ya todos estaban allí.  Una parte de la familia Caamaño: Manfredo y César Antonio, esperaban  arriesgadamente fuera del vehículo. Claudio y Fabiola aguardaban dentro.  Felifrán, Claudio Antonio y Erika habían llegado antes y, por razones de seguridad, se habían adelantado hasta una estación de gasolina cercana donde esperaban nuestro paso para sumarse a la caravana.  Yo abordé una tercera jeepeta,  la de Federico Jóvine, a quien Claudio, por sus condiciones de conocedor del Parque Nacional Armando Bermúdez y experimentado alpinista,  había dado la responsabilidad de coordinar nuestro proyecto.   

De Santo Domingo  partimos a las 5:14. Viajamos sin parar hasta llegar a Jarabacoa. Federico y yo fuimos  los primeros en llegar (a las 7:12). Lo hicimos junto con los primeros rayos de sol de aquella fría mañana. Nos detuvimos entre la parada de minibuses y el cementerio. Esperábamos a Claudio y a Felifrán quienes completaron la comitiva unos minutos más tarde. Primero llegó Claudio, luego, Felifrán.

Claudio Fabiola y César entraron al cementerio y visitaron la tumba de Mario Nelson Galán Durán, compañero del Claudio en la Gesta Histórica de febrero de 1973. Luego continuamos la ruta hacia La Ciénaga de Manabao. Allí, a la casa de Hipólito Colón, mejor y popularmente conocido como Mon, jefe de los guías,  llegamos a las 8:20 de la mañana.  Además de Mon y su distinguida esposa,  nos esperaba una pequeña recua de mulos y mulas. Unos, los de sillas, para cargar personas. Otros, los  de carga, subirían en cerones que colgaban de sus lomos todo el avituallamiento y equipos necesarios al éxito de la expedición. 

A las 9:09,  salimos caminando en dirección a la Caseta de administración del Parque Nacional donde procedimos a registrarnos, a pagar la cuota de entrada al parque J. Armando Bermúdez, y a iniciar nuestra gran aventura.

Cerca de las 9:30  amparados por  un cielo increíblemente despejado y celeste, y calentados por un radiante sol, comenzamos la primera fase de la ruta por el encantador camino que transita paralelo al río Los Tablones.  De poco más de 4 kilómetros, este trayecto  posee un impresionante bosque de especies latifoliadas y coníferas en condiciones muy húmedas que aún los botánicos no se ponen de acuerdo para clasificarlo. 

 Cuatro horas y 45 minutos aproximadamente nos tomó alcanzar el lugar escogido  para el primer descanso y  la primera comida: Las Lagunas. 

Para Claudio este tramo resultó infernal debido a complicaciones estomacales producidas por el sándwich que ingirió en Los Tablones.

Es oportuno señalar, que a esta parte del camino, los lugareños y escaladores del Pico Duarte la llaman La Subida del Arrepentimiento, por sus pendientes abruptas, pedregosas y resbaladizas.  Sin embargo, hay un premio al final  de esta famosa subida, cuando se alcanza  la estación de Agüita Fría, también conocida como Pico Del Yaque.  

 El amanecer del jueves 21, a pesar de estar despejado y soleado, nos recibió con temperatura de 6 grados centígrados. Todos felicitamos a Claudio por su aniversario de vida en este mundo,  pero sobre todo, en este país y más que nada en este lugar próximo a la cumbre más alta del Caribe Insular.

  Posteriormente, a eso de las 9:45 de la mañana y a través de la radio de la caseta del guarda parques, se logró hacer un puente con otra caseta ubicada más abajo y hablar con la esposa de Felifrán, en la capital, quien realizó los arreglos para que un helicóptero ambulancia viniera por él tras sufrir una caída. Entonces se planificó que él subiría en mulo, acompañado de Mon, hasta el Valle de Lilís,  donde el helicóptero lo recogería. Alrededor de las 10:24 salimos, el resto del grupo,  rumbo a la cima del Pico. Afortunadamente Claudio había amanecido muy mejorado del malestar del día anterior.  Debido a todos los inconvenientes y del retraso, yo estaba preocupado puesto que temía muy seriamente que el objetivo principal de celebrar el cumpleaños de Claudio sería difícil, debido a que usualmente el Pico se colma de nubes al medio día, y los vientos vespertinos se tornan  helados,  lo cual indicaba un posible escenario difícil.

Mientras subíamos, pasadas  ya  las 11:30 de la mañana, comenzó a escucharse el sonido del helicóptero que se acercaba. Felifrán y Mon, quienes habían salido del campamento mucho después que nosotros, que íbamos a pie, ya habían rebasado el grupo. Sin embargo, a todos  nos faltaba aún un buen tramo para alcanzar el Valle de Lilís, y la cercana cima del Pico.

Como a las 11:50, más o menos,  vimos al helicóptero ambulancia, azul y blanco, que volaba entre las  montañas circundantes. 

Era la 1:55 de la tarde cuando llegue al Valle de Lilís. El panorama estaba dominado ya por pequeños cúmulos de nubes por entre los que, de vez en cuando, se filtraban rayos del sol.  La temperatura, agradable,  rondaba los 15 grados centígrados.

Poquito antes  llegaron Claudio, Fabiola y Manfredo. Por un momento pretendí sugerir que celebráramos el cumpleaños en el Valle de Lilís, pero cuando vi en los ojos de Claudio  la satisfacción de llegar a este punto y la firme determinación de continuar, me adelanté para ir tomando fotos.  

Cuando llegamos a la cima sentimos la sensación que la naturaleza se había hecho  cómplice de nuestros planes y se había unido  a la celebración del 75 aniversario del nacimiento de  Claudio y al regocijo que nos embargaba a todos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas