Claudio Cohén replantea su carrera como solista

Claudio Cohén replantea su carrera como solista

Claudio Cohén no debiera estar en el país ya que debió ser un personaje importante, uno de esos compositores o trovadores que son queridos y reconocidos aquí y allá.

El mismo lo sabe, lo admite y nos confiesa las razones: “soy muy apegado a mi tierra” y aunque nos dice que reconoce en los dominicanos “la naturaleza humana más hermosa” y amplía con nuestra personalidad amorosa y solidaria, no sabemos si somos capaces de comprender su desprendimiento o su tosudez.

Cuando Claudio apenas contaba con 19 años fue sorprendido con una inusual petición de la española Ana Belén “quien me pidió mis canciones para que fueran cantadas por su esposo Víctor Manuel”.

Claudio le dijo que no. Que sus canciones las quería cantar él. Y, así lo ha hecho durante 30 años ininterrumpidos. Claudio ha cantado donde quiera que ha tenido que cantar desde la iglesia, la escuela, un bar, un teatro, un club, un parque…

Lo que no quiere decir que sea famoso ni que la crítica y la sociedad lo hayan distinguido en su singularidad poética ni en la coherencia con que ha manejado su carrera y su vida.

Eso, según él, no lo hace arrepentirse de no haber tomado la mano amiga que le hubiera ayudado a abrir las puertas del mercado internacional.

“No me arrepiento de nada. Siempre he tenido menos dinero del que he debido tener, pero he sido feliz. Nunca he tenido el dinero como un fetiche”.

[b]AHORA ES[/b]

Que Claudio entiende que tiene que buscar nuevas formas de presentarse y mercadearse. Tiene 48 años, aunque aún parece un niño, y entiende que no puede seguir quedando prácticamente desierto el mundo de los solistas masculinos dominicanos.

Ahora entiende que quiere volver a mostrarse a través de sus canciones “no es un Claudio distinto al de otra época, sino en otra etapa de su círculo ascendente”.

Por eso nos ha de entregar un nuevo disco bajo el apadrinamiento de Retajila, el proyecto que regentean Roldán Mármol y José Antonio Rodríguez y que tiene como propósito hacer llegar al público amante de la buena música y buenas c;anciones lo que el mercadeo tradicional del disco no les hace llegar.

“Son canciones nuevas que reflejan lo más íntimo de mis pensamientos y mi forma de ver la vida”, explica.

El mismo toma la iniciativa de convertir este nuevo trabajo en una persona y se pregunta ¿cómo pudiera calificar el disco si fuera una persona?

[b]UN HOMBRE INGENUO[/b]

Se contesta: “un disco sincero. Lleno de ternura, conflictivo”. Intervengo para que me redunde sobre lo del conflicto, ¿en qué sentido?

“Porque en mí se mantiene cierto nihilismo y existencialismo de la adolescencia. Nunca he podido superar ese desamparo ontológico. No sé a dónde voy. Solo sé que es necesario vivir para crecer y trascender”.

MC: Cuando hablas así luces es un estado de desilusión y depresivo…

Claudio: “En lo absoluto. La creación como tal es un derroche de bondad, y yo soy creación”. Empieza a cantar

“Mi rostro es espejo

de la maravilla

se abre la ventana

una flor,

si quiero la tomo,

debo levantarme

hay lobos también

¿y a mí qué?

Dejando claro de que es un hombre consciente del peligro y de lo oscuro y que sin embargo camina sobre una alfombra de espinas con la inocencia de que quien no sabe que se puede clavar en cualquier momento.

[b]UN HOMBRE TIERNO[/b]

La ternura que destila Claudio cuando habla, cuando pone las melodías de sus canciones y cuando las canta queda desplegada en su grado máximo en la canción “A ella le gusta”.

“Que es una canción al más puro de los amores posibles de concebir”.

MC: ¿La escribiste a tu mamá?

Claudio: “Es una mujer muy chiquita”.

Y canta:

“A ella le gusta tomar mi mano de madrugada

de su lado la extiende, toma la mía, protégeme como diciendo; acompáñame…

No puede haber amor más hondo. Ni más profundo amor de dos”

[b]EL AUTOCRITICO[/b]

Es que Claudio ha tenido que hacer sus esfuerzos para mantenerse limpio y para que la calidad de sus pensamientos no se agotaran en la necesidad de mejorar la calidad de su vida.

“Yo no me compro, yo

no me vendo

yo no asesino mis ilusiones

yo no, el que duda

de no saber

yo no, el que anuda

por no ceder”

Es un ser que se ha sacrificado por su familia. Sacrificado no sería nunca una expresión que él usaría para hablar de su esposa Jenny y de sus hijos, para él es simplemente un “ser amoroso”.

“Voy repetido

en el horizonte

sin rumbo fijo

amor, la palabra

un eco en el alma

y la ilusión de quererte

a siempre

sin irme lejos”

El ha sentido el temor a morirse joven y a dejar solos a sus hijos cuando estos aún están pequeños y sin capacidad de asumir solos los retos que le plantea la vida.

“La canción finaliza expresando que si eso llegara a suceder, ellos podrán saltar el muro que nos separa y volver a ser la misma familia”.

[b]¿CONFLICTIVO?[/b]

Si este hombre de apariencia apacible también sabe hacer la guerra. No importa si en espacios ajenos a su vida como si traspasamos el umbral hasta verlo con los ojos al techo, los cejos fruncidos y una mano extendida.

Intentando no convertirse en un hombre a lo Páez Sabina “estar contigo es estar solo dos veces”, aunque él tiene sus propias palabras para describirlo:

“Mas tu cansancio

es superior a mi reclamo

de tornar esta rutina

en aventura

y una molestia algo

que arde

te lo impide

y sin abrir los ojos

por no herirme

susurras un discúlpame

esta noche

y así me das la espalda

cada lunes”.

El tipo es también un ser melancólico que vuelve a ser niño para recordarse y tener una excusa para perderse en la maravilla y los temores de su infancia.

“De niño yo veía en las nubes

rostros que miraban fantasías

y nunca fue tan mía mi nube

como en aquel tiempo

cuando yo ignoraba

la voz de trueno

papi que llamaba

y en vez de al suelo…

yo miraba nubes”.

Son las canciones que contendrá “Un tipo íntimo”, el disco que define como “un clón de mi vida”. Una vida que quedará por fin revelada en sus bondades y en sus turbulencias.

Claudio no tiene fecha para que esté en nuestras manos. Retajila tiene la última palabra, aunque la realidad es que todavía se están inscribiendo socios para ese negocio en que el público por fin se hará cargo de mantener a flote a los artistas dominicanos que han puesto la cabeza en la raíz del arte y que no han sido arrastrados por el mercurio que aplasta nuestros días…

[b]LA PEÑA[/b]

Sostiene Claudio Cohen que los Jueves de Peña y Trova que realiza en el Club Arroyo Hondo es la única actividad cultural que se ha mantenido sin claudicar y con el mismo perfil “realzando la imagen del club y potencializando la mía como ente cultural”.

Explica que se ha desarrollado con cierto éxito en su rol de animador cultural que para él “es maravilloso como ser de servicio” y que su sueño es lograr lo que un día logró René del Risco cuando fue a La Salle de Santiago, que lo alucinó y lo marcó para hacer lo que ha sido hasta ahora su vida y su carrera.

La peña tiene unas 15 secciones repartidas en un menú que es desmenuzado por socios, colaboradores e invitados especiales.

En los últimos años casi toda la vida intelectual y artística del país ha pasado por la peña de Claudio Cohen (Francisco Casanova, Danny Rivera, Víctor Víctor, Don Mariano Lebrón Saviñón, José Guerrero, Víctor Villegas, Pavel, Brunilda Contreras).

[b]EL CASANDRA[/b]

Claudio Cohen no se queja de no haber sido nominado a los Premios Casandra sobre todo porque no sometió el trabajo realizado, que fue mucho y constante “yo creo que Acroarte hubiera tomado en cuenta mi labor si yo la hubiera sometido”.

“Yo hice un gran trabajo en el 2003. Más de 40 jueves celebrando los eventos culturales del país. Fue un año de aprendizaje, de apertura y de muchas presentaciones personales (En Pata Negra, Ni martes, ni jueves)

Entiende que a los Premios Casandra le falta una inyección de solistas y por eso está en disposición de luchar para que lo tomen en cuenta y para eso trabajará con todas sus ganas “me interesa que me tomen en cuenta para ser más grande y darle más sombras a los demás”.

[b]EN CUBANIA[/b]

Claudio Cohen se presenta este próximo sábado 28 de febrero con el cantautor cubano Polito Ibáñez y el joven dominicano Pavel Núñez. El concierto a tres voces empezará a partir de las 9 de la noche. A un costo de 300 pesos por persona. Al final del Conde en este hermoso lugar que apenas acoge unas 300 personas. Claudio promete que será una noche inolvidable.

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