El ex guerrillero Claudio Caamaño consideró ayer “traidores y delatores” del movimiento constitucionalista del 1965 al vicealmirante Manuel Ramón Montes Arache y al general retirado Héctor Lachapelle Díaz.

Caamaño expresó también que ambos contaron todo lo que sabían de los planes del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, a los altos oficiales de las Fuerzas Armadas y que hasta sustrajeron unos recursos que les fueron entregados para movilizar combatientes hacia Cuba.

Dijo que Montes Arache era íntimo amigo y subalterno de Caamaño Deñó durante su vida militar y que luego de la revolución de abril, el líder de la revuelta lo ingresó.

Señaló que cuando ocurrió la invasión militar norteamericana, aplastó el movimiento en cierta medida y años después fueron a dar al extranjero la mayoría y Caamaño se fue a Europa.

Agregó que luego, Caamaño Deñó preparó con el extinto presidente Juan Bosch, una organización en la que el profesor estaba como jefe político y Caamaño como jefe militar.

Añadió que en ella participó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), por entero, porque Bosch planteaba que mientras el extinto presidente Joaquín Balaguer siguiera vivo, iba a permanecer en el poder con el apoyo de los norteamericanos.

Indicó que luego Bosch puso a Caamaño Deñó en contacto con los cubanos y que posteriormente viajó Cuba para hacer los preparativos.

«Caamaño dejó a Montes Arache y a Lachapelle Díaz, encargados de todo lo relativo a la movilización de un número de poco más de 300 hombres que se iban a mover de Santo Domingo, a Europa, Estados Unidos y llevarlos a Cuba. ¿Qué hacen Montes Arache y Lachapelle Díaz cuando Caamaño desaparece? Que una suma que tengo anotada, con exactitud todo, suma que giraba sobre RD$300,000, una y RD$200,000, otra, para ayuda a familiares, lo que hacen ellos es que ese dinero lo utilizan y se aparecen en Santo Domingo los dos, primero Lachapelle Díaz y una semana después de la desaparición de Caamaño es recibido por la oficialidad de las Fuerzas Armadas en el aeropuerto y contaron todo lo que sabían de los planes de Caamaño», explicó.

Expresó que cuando Caamaño supo todo este asunto le planteó que estaba indignado con ellos y le dijo que no eran más que un par de traidores, que fue mejor que hicieran esa sustracción y no las cosas que pudieran haber hecho después.

Indicó que tiene copia de todos los escritos de Caamaño, donde aparece la nota donde habla de ambos como traidores.

«El me decía que, sobre todo, Montes Arache, que traicionó al amigo, al superior a los ideales de la lucha y lo vendió todo», sostuvo.

Declaró que después de esos acontecimientos, Montes Arache ha tratado de establecer una relación con él y que ha mandado amigos comunes y que él no ha querido.

«Algo que quiero destacar, que nosotros, que fuimos al principio 700 oficiales, los que participaron en la guerra de abril y los únicos dos que pudieron hacer carrera militar, fueron Lachapelle Díaz y Montes Arache, ascendidos y lograron los rangos de mayor general, han sido esos dos personajes», dijo.

Calificó ese hecho como una evidencia de que ese fue el pago a la traición a Caamaño, porque ellos fueron los únicos reintegrados a las Fuerzas Armadas.

«Hoy por hoy, los que quedamos vivos que somos una minoría, quedamos menos de 400 personas y desde Antonio Guzmán Fernández, pasando por Jorge Blanco, Leonel Fernández y por último, el presidente Hipólito Mejía, ha sido imposible que nosotros salgamos de un limbo jurídico, porque por ejemplo, fui cancelado así como muchos de sus compañeros como «traidor a la patria», dijo.

Señaló que esto provoca situaciones desagradables, ya que cuando, por ejemplo, necesita un documento como el certificado de buena conducta, no puede sacarlo y todavía hoy día se le persigue, aún después de haber propiciado el retorno a la legalidad después del derrocamiento de Bosch y después de haber aplastado a las tropas del general retirado Elías Wessin y Wessin.