Clausuran Sexto Festival Musical de Santo Domingo

Clausuran Sexto Festival Musical de Santo Domingo

POR JOSELIN RODRÍGUEZ
El sábado pasado, se clausuró el Sexto Festival Musical de Santo Domingo en el Teatro Nacional Eduardo Brito. La mágica noche tuvo como solista invitado al maestro francés Philippe Entremont, creador de esta gran fiesta musical que cada dos años se celebra en el país, con la participación de renombradas figuras nacionales y extranjeras.

Al celebrar el décimo aniversario de su fundación, la culminación del festival fue un plato fuerte para los amantes del género. En esa noche tan especial, el público disfrutó nuevamente de Entremont en la dirección de la orquesta conformada por unos cien músicos, pero principalmente en la entrega que hizo al interpretar el concierto para piano, de Beethoven.

Cuando el reloj marcaba las 8:35 de la noche, salió al escenario el maestro y pianista francés para dirigir las presentaciones con “Espacio ritual”, autoría del dominicano Darwin Aquino. La pieza fue escrita especialmente para la celebración de este festival. Está dedicada al director Entremont y a la orquesta que ha musicalizado todos los conciertos.

En los casi 10 minutos que tiene de duración, “Espacio ritual” muestra las claras influencias que ha recibido de los ritmos africanos y populares como el gagá, los palos y las salves.

De acuerdo con su autor, la obra inicia con texturas rítmicas de sonidos articulados que presentan una especie de fantasía-introducción para dar paso al “espressivo” tema ritual inspirado en los cantos al Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella    

Al término de la pieza, que fue muy aplaudida de manera entusiasta, entró su creador al escenario a saludar a Entremont y a la orquesta por el trabajo que hicieron.

A continuación, el maestro francés cumplió a cabalidad la difícil misión que tenía por delante: dirigir la orquesta y al mismo tiempo ser el solista del concierto No. 4 en Sol Mayor para piano y orquesta. Opus 58 de Ludwing van Beethoven.

Los suaves acordes del piano, que en algunos momentos se tornaron más melodiosos, dieron inicio a este magnifico concierto escrito entre 1805 y 1806 por ese genio de la música. En esta pieza, Beethoven introdujo innovaciones en la estructura tradicional del concierto, pues rompe con el molde de que la orquesta inicie la presentación.

Está compuesta de tres movimientos: allegro moderato, andante con moto y rondo: vivace. La magistral ejecución de esta pieza hizo las delicias del público, que no se resistió a aplaudirla desde el primer movimiento. Mientras tocaba el piano, las manos de Entremont parecían volar por cada tecla, a las que les arrancaba agradables sonidos que mantenían en estado de total concentración a la audiencia.

Al concluir el concierto, el público se puso de pies y aplaudió durante varios minutos tan magnifica ejecución. Mientras que en la cara de Entremont se notaba la felicidad del deber cumplido.

Tras una breve pausa, la segunda parte del concierto se reservó a la sinfonía No. 5 en Re Menor, Opus 47, de Dimitri Shostakovich. Estrenada en 1937, la obra consta de cuatro movimientos: moderato, scherzo: allegretto, largo y allegro non troppo.

Los fuertes aplausos al término de la pieza retumbaron en el Teatro. De esta forma  concluyó a las 10:35 el sexto festival con la promesa de retornar a esta majestuosa sala en el 2009 y envolver a los dominicanos amantes de este género en las grandes obras de los compositores clásicos.

Cositas

El concierto de clausura fue dedicado a Rosa Herrera, quien  recientemente falleció.

Una gran cantidad de personas acudió a la clausura del festival.

La tos hizo estragos en una gran parte del público. Fue muy frecuente escuchar el destape de mentas y caramelos para aplacar el problema.

Hubo personas que tuvieron que hacer señas a algunas parejas para que se callaran.

El maestro Entremont ganó fuertes aplausos no solamente como director, también como pianista. Demostró la fama que se ha ganado al tocar este instrumento.

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