Luego de un largo día durante el cual se atiende diversidad de cuestiones, es común que el estrés invada el cuerpo.
En este punto, lo que más se desea es llegar a casa, desconectarse del mundo exterior y sentirse relajado en un ambiente que no solo invite al descanso, sino a la relajación total.
Para conseguir esto no es necesario recrear un spa en casa; con simples pasos usted podrá tener un verdadero remanso de paz en su hogar que le permitirán sentirse tranquilo y dejar de lado el bullicio de la vida cotidiana.
Por ejemplo, el color de sus paredes puede ser elemental cuando se busca relajación. La gama de colores incluye diversas tonalidades que emiten tranquilidad, como por ejemplo azul grisáceo, verde claro, rosa claro, celeste, turquesa…
Además, contar con un espacio reservado para pasar un momento a solas es de suma importancia. Esto le permitirá recuperar energía. Puede ser un lugar de la casa que cuente con un cómodo sofá e iluminación tenue donde pueda leer o disfrutar de una bebida fría o caliente al final de la jornada.