Claves para cuidar la salud mental en tragedia

Claves para cuidar la salud mental en tragedia

José Miguel Gómez

La vida es un viaje. Las adversidades, crisis y circunstancias negativas se pueden presentar durante el viaje. A veces existen riesgo e indicadores de vulnerabilidades que depende de nosotros; otras veces, vivimos expuestos a riegos y daños a los que no controlamos y no dependen de nosotros para prevenirlos y cuidarnos de ellos.

Durante el viaje por la vida, tendremos espacios sanos y divertidos, momentos felices, de crecimiento y oportunidades que, nos van a permitir fluir y alcanzar logros y propósitos. Lamentablemente, en el viaje también viviremos momentos de dolor y sufrimiento, de pérdidas y de daños que nos van a poner de rodillas.

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La tragedia del Jet Set nos ha puesto a todos de luto y duelo, con la pérdida de 236 personas, a otras personas les ha dejado daños permanentes en su cerebro y su cuerpo. A niños y adolescentes le dejará huellas traumáticas en su cerebro, sus emociones y sus experiencias dolorosa para toda la vida.

En el viaje por la vida, cada quien viaja con su genética, su personalidad, sus traumas pasados y su capacidad de frotación a las diferentes adversidades. Es a partir de allí que, en la resiliencia se plantean tres cosas: cómo afronta tus problemas, cómo protege tus vulnerabilidades y cómo incrementa tus ingresos; como forma de aprender a salir bien del daño, de la adversidad y de las circunstancias a las que estamos expuestos.

El dolor y el sufrimiento hay que vivirlo, no existen remedios, jarabe o pastillas que traten el dolor emocional, o la pena muda, la sensación de vacío en el alma. Eso lo viven y lo sienten los cientos de familia que perdieron hijos, padres, parejas, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, en esta lastimosa tragedia.

Ante toda esta experiencia dolorosa y traumática, hay que continuar conectado con la vida, o reconectar con la vida, para fluir, sanar y abrazar el autocuidado.

De las adversidades y las caídas hay que buscar levantarse, construir esperanza, recordar que la esperanza es la pasión de lo posible y lo posible se trabaja en el día a día.

El genio, espíritu y fortaleza del ser humano es poderoso. Hay que construir nuevos propósitos, defender derechos, dejar salir la indignación y afrontar en la vida todas las adversidades presentes y futuras.

Pero hay que fluir, vivir el duelo y el luto, dejarse acompañar de la autocompasión, la reciprocidad, el merecimiento, la gratitud y la bondad de las demás personas.

El autocuidado y la salud cerebral nos ayudan en la neuro plasticidad cerebral, o sea, es la conexión de nuevas células estimuladas por químicos del cerebro que nos dan ánimo, nos tranquilizan, nos enfocan y nos ayudan a movernos en momentos de tragedia y adversidades.

La resiliencia personal y social nos ayuda a salir fortalecidos de la tragedia, nos ayuda a comprender el dolor, afrontar el sufrimiento y entender los daños y vulnerabilidades para después volver a continuar con los propósitos, con el sentido de vida y con razones existenciales.

La tragedia nos ha puesto de rodillas, pero le corresponde a cada familia afectada, a cada traumatizado y a todos los impactados, levantarse juntos hombros con hombros.

La empatía, el afecto, el amor y la esperanza son parte del viaje por la vida.