Claves para manejar circunstancias difíciles

Claves para manejar circunstancias difíciles

Lo más fácil es sentirse bien y feliz cuando las cosas salen bien y las circunstancias son favorables a los propósitos de vida. Las personas de visión cortoplacista se aferran a unos hábitos de autogratificación inmediata que logren estimular su cerebro y entretener el espíritu.
En la vida existen más personas preparadas para el éxito, la fama, el bienestar y el ganar batallas, que las que viven y asumen la existencia para manejar circunstancias, adaptarse en los momentos difíciles, crecer y madurar en cada problema, en cada crisis, y en cada desafío por duro que sea.
De las frustraciones y fracasos son pocos los que salen fortalecidos, con el control de su vida, con la autoestima sana y con alta resiliencia para vencer y salir más empoderado de los procesos más duros de la vida. De ahí que existan personas con baja tolerancia a las frustraciones, de poca capacidad para manejar los estresores psicosociales, o de no perder el focus, la dirección, el control, los impulsos y el ánimo, cuando las cosas van mal.
Literalmente nadie está blindado ni garantizado de que durante su existencia no vaya a presentar circunstancias o experiencias desagradables: una enfermedad, una crisis financiera, la pérdida de un ser querido, un divorcio, un despido laboral, un maltrato emocional, una decepción o deslealtad, el no lograr un propósito o meta en cualquier área de la vida etc.
La diferencia ante las adversidades y circunstancias desfavorables la marcan algunos indicadores: la inteligencia cognitiva, emocional, social y espiritual de la persona que vive el trauma; su tipo de personalidad, sus factores protectores con los que cuente, el aprendizaje y la sabiduría de no perder el control, darse tiempo para reflexionar, buscar la ayuda, proteger su vulnerabilidad, medir las consecuencias y los riesgos antes de actuar y gerenciar las circunstancias para salir fortalecido.
Puede que para el imaginario que percibe los procesos en el inmediatismo, las circunstancias desfavorables sean derrotas definitivas, aniquilamiento de por vida, pérdidas irreparables, etc. Sin embargo, las personas con inteligencia emocional y social saben que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
En las circunstancias difíciles hay que mantener y desarrollar una inquebrantable calma, ayudada por un espiritual combativo, que impulsa a continuar la batalla pese a parecer que se ha perdido la guerra. Esa fortaleza pocos la tienen, o si la poseen no saben cómo utilizarla, de dónde protegerse, para mantener la calma en la tormenta.
Aquí, en pleno desafío y en los momentos vitales de la vida, se debe buscar el equilibrio, el sentido de vida y asumir la continuidad, la coherencia y la búsqueda de las razones existenciales.
El miedo, el temor al fracaso, a la pérdida del confort y a los placeres existenciales, conllevan a una angustia existencial que desenfoca, bloquea el pensamiento y activa las huellas somáticas y los eventos traumáticos; pasando al plano emocional, lo que favorece el surgimiento de las actitudes emocionales negativas; y, por ende, a los resultados más riesgosos y más desadaptados. De ahí que no todas las personas saben manejarse en circunstancias o experiencias desagradables o en las crisis sociales, políticas, económicas o grupales.
Algunas claves para aprender a manejar en medio de una circunstancia riesgosa son: no desesperarse, póngale nombre y apellido a su adversidad, identifique sus riesgos y los factores protectores con los que cuenta para enfrentar la crisis. Además, mantenga la calma, la prudencia, busque la ayuda, reflexione sobre el significado de asumir, ceder, perder, retirarse, posponer, enfocarse, tomar su timón de vida, y asumir el optimismo y la esperanza en medio de las circunstancias. Nunca se victimice, ni se culpe; las personas más sabias se fortalecen en las circunstancias y en las crisis. Aprenden a insistir, persistir y resistir para ganar. Los líderes se crecen en las circunstancias más difíciles, confirman su optimismo y su esperanza en las adversidades y en los obstáculos. Pero siempre salen fortalecidos y más sabios para continuar asumiendo caminos sabios y vida sabia.

Más leídas