Claves para prevenir el acoso escolar

Claves para prevenir el acoso escolar

EFE. Reportaje. Insultar es lo corriente, te persigue, te amenaza. Una vez me empujó, y me agarraron entre dos. Me quitaron los zapatos, los tiraron, al igual que la mochila. En otra ocasión, entre él y otro quisieron bajarme los pantalones en el autobús”.

“Me sigue diciendo ‘te voy a amargar la vida, te voy a matar’. Yo intento hacer como que no me importa.  He dejado de ir en el autobús.  Pienso todas las noches, ¿qué me hará mañana?”.

“Tengo un 5% de esperanza en que no tenga que sufrir más y en que apruebe, que salga adelante y que venga de nuevo a mí aquella sonrisa que una vez tuve, para que vuelva a ser feliz y no mire las cosas malas de la vida, sino las buenas…”

“Estas frases las escribió una de mis pacientes, una chica de 14 años.

Es solo una muestra de lo que, igual que ella, sufren miles de niños en esta sociedad. Ella expresa mejor que nadie lo que siente uno de nuestros hijos, de nuestros niños, cuando es víctima del ‘bullying’, del acoso escolar”, señala la psicóloga clínica Isabel Menéndez Benavente, en una entrevista con EFE-Reportajes.

Según Menéndez, experta en psicología infantil y juvenil, “en las páginas de los periódicos suelen publicarse episodios de violencia en los centros escolares que parecen tener una gran capacidad para atraer la atención pública, causando alarma social”.

Algunos casos son tan extremos como el de un alumno de secundaria de 14 años que se arrojó desde la muralla de un pueblo de Guipúzcoa, en el norte de España, tras verse contra las cuerdas.

“Otro grupo de estudiantes se reían de él y le hacían literalmente la vida imposible, hasta que acabó con su vida sin que nadie pudiera evitarlo”, recuerda la experta. 

Muchos episodios de acoso escolar suelen comenzar en el patio del recreo del colegio o la escuela, con un rumor entre los niños, un elemento de la cultura infantil que, según una reciente investigación americana, “a menudo se ve inofensivo, pero que es capaz de causar un daño real”.

Según Isabel Menéndez Benavente, “la palabra ‘bullying’ se utiliza “para describir estos diversos tipos de comportamientos no deseados por niños y adolescentes, que abarcan desde  bromas pesadas, hasta el ignorar o dejar deliberadamente de hacer caso a alguien, los ataques personales, e incluso los abusos serios. A veces lo hace un individuo y otras un grupo o pandilla”.

Para la psicóloga, lo más importante no es la acción en sí misma, sino los efectos que produce en sus víctimas: “fracaso y dificultades escolares, alto nivel de ansiedad, fobia escolar, déficit de autoestima, cuadros depresivos, autoimagen negativa, baja expectativa de logro, indefensión aprendida e incluso intentos de suicidio”.

“Las situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas en la que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a las acciones negativas de otros compañeros, ya sean  cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas,  explica.

Las claves

Si observan algunos de estos indicios en sus hijos, la psicóloga aconseja a los padres aplicar este “Decálogo anti-bullying”:.

1.-  Nunca menosprecie sus quejas, diciéndole que son tonterías o que aprenda a defenderse solo.

2.-  Préstele atención, con sus ojos y corazón abierto. Aprenda a ver todo su mensaje: palabras, gestos, tono de voz, lenguaje corporal.

3.-  Infórmese antes de alarmarse. Si son agresiones ocasionales y está feliz habitualmente, enséñele a defenderse, con sentido del humor, haciéndole fuerte y seguro de sí mismo.

4.-  No le culpe por lo que le pasa diciéndole “te lo mereces, no vales para nada, no me extraña, eres un cobarde”.

5.-  Nunca diga “tú no te metas” cuando se trate de defender a un compañero al que acosan.

6.-  Anímele a que denuncie el acoso de un compañero. Dígale que se una a otros niños: la unión hace la fuerza.

7.-  Si se niega a ir al colegio reiteradamente, averigüe qué sucede, vaya al colegio, pero nunca le obligue a ir con violencia.

8.-  Enséñale a mostrar sus sentimientos: si el niño tiene un padre y una madre emocionalmente inteligentes, el también lo será.

9.-  Dígale que usted siempre estará ahí, que nadie tiene derecho a hacerle sufrir, y que lo apoyará cuando necesite ayuda.

10.-  Demuéstrele su amor incondicional, pero también su firmeza, los límites que existen para no dañar a los demás y los derechos que nadie debe pisotear; enséñele a ser fuerte y feliz.

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