Conectar 3,000 hits en las mayores es el sello idóneo para que los jugadores de posición sean entronizados  en el nicho de los inmortales. Es una marca que necesita mucho de la calidad y consistencia del bateador, además de que se debe permanecer por   casi dos décadas  en el campo de juego.  Derek Jeter disparó el pasado domingo su indiscutible número 2,986 de su carrera, para ubicarse a sólo un sencillo detrás de Sam Rice por el puesto número 28 de todos los tiempos.

Después de que supere a Rice, el capitán de los Mulos del Bronx tiene su mirada puesta en Roberto Clemente, quien dejó el juego al morir en  un trágico accidente aéreo, con exactamente 3,000 imparables.

Clemente debutó en las Grandes Ligas el 17 de abril de 1955, con apenas 20 años de edad. Militó por 18 temporadas con los Piratas de Pittsburgh, equipo al cual perteneció hasta el último día de su vida.       

El boricua tuvo un debut muy difícil por el racismo que se vivía en esa época en los Estados Unidos. Sin embargo, el talento era algo innegable. Disparó 121 imparables en su primera campaña, empezando a cosechar una de las mejores trayectorias de pelotero alguno en la historia de las Grandes Ligas.

Clemente bateó para un sólido promedio de .311 en su segundo año en la gran carpa, gracias a 169 incogibles en 543 turnos. El jardinero derecho de los Piratas comenzó a ganar el agrado de los fanáticos, a pesar de ser de color. 

Pasaron varias temporadas para que Clemente conectara por primera vez al menos 200 hits y se alzara con un título de bateo. Eso ocurrió en 1961, al amontonar un total de 201 imparables, divididos en 138 sencillos, 30 dobles, 10 triples y 23 cuadrangulares. Esa cuota de batazos le valió para conseguir un astronómico promedio de .351, que le hizo merecedor de su primera corona de bateo. Su mayor cantidad de incogibles aconteció en 1964, logrando registrar 211 unidades. Disparó en cuatro campañas al menos 200 hits, consiguiendo en dos oportunidades de ésas la mejor cantidad de hits de la Liga Nacional.

Clemente ganó cuatro títulos de bateo, amontonando su más elevado average en la contienda de 1967, gracias a 209 inatrapables en 585 turnos oficiales. Ese año promedió un robusto .357. Además de sus títulos de bateo, Clemente era un jugador que abanicaba con poca frecuencia. Sólo se ponchó en dos temporadas más de 100 veces. Ganó dos premios de Jugador Mas Valioso, uno durante la vuelta regular de 1966 y el otro en la Serie Mundial de 1971, penúltima corona de los bucaneros.

Antecedentes

30 de septiembre de 1972

Roberto Clemente bateó un doble para obtener su imparable número 3,000. Nadie imaginó que ese sería su último inatrapable en las mayores.

  31 de diciembre de 1972

 Tras ocurrir un terremoto en Nicaragua, Clemente optó por ir a llevarle la ayuda necesaria a las víctimas. El avión salió sobrecargo de Puerto Rico, situación que trajo como consecuencia que cayera  a pocos minutos de su despegue y le costara la vida a los ocupantes, entre ellos, al número 21 y jardinero derecho de los Piratas.