BAGDAD (AP).- Varios eruditos y clérigos suníes influyentes alentaron a los iraquíes a que se unan a las fuerzas de seguridad y protejan al país, al emitir un decreto que contradijo las advertencias que efectuaron anteriormente contra el servicio en las filas policiales y del ejército.

   También el viernes, una explosión dañó un minarete del siglo IX, uno de los puntos de referencia más reconocidos de Irak. La detonación en la ciudad de Samarra, en el centro del país, dejó un gran agujero en la estructura, dijo el teniente policial Qasim Mohammed.

   Algunos testigos contaron que dos hombres subieron al alminar de 50 metros de alto y luego bajaron antes de la explosión.

   El alminar es un símbolo de la gloria pasada de Samarra, el único que queda en una mezquita que se remonta a la dinastía islámica Abasid. Aparece en el billete de 150 dinares iraquíes.

   No quedaba claro por qué el minarete fue atacado. Los soldados estadounidenses lo han utilizado para espiar, y el año pasado el grupo de extremistas islámicos Al-Tawhid, relacionado con el terrorista jordano Abu Musab al-Zarqaui, hizo flamear una bandera en su punto más alto.

   El sargento Brian Thomas, portavoz militar, dijo que las fuerzas de la coalición ya no utilizan al alminar. Expresó que la policía iraquí investigaba la explosión.

   El decreto, avalado por un grupo de 64 clérigos y eruditos suníes, pidió a los soldados iraquíes que se nieguen a ayudar a las fuerzas extranjeras en operativos contra los propios iraquíes.

   Pero Ahmed Abdul Ghafour al-Samarrai, clérigo de la influyente Asociación de Eruditos Musulmanes que leyó el decreto durante un sermón en una importante mezquita suní, dijo que unirse a las fuerzas iraquíes era necesario ahora para impedir que el país caiga en las «manos de aquellos que han causado el caos, la destrucción, y violado las santidades»».

   Si es acatado, el anuncio podría fortalecer la imagen de las fuerzas de seguridad iraquíes, que están intentando enfrentar a la insurgencia liderada por grupos suníes.

   En otro hecho de violencia contra feligreses iraquíes, una bomba colocada cerca de una mezquita suní mató a un civil que se dirigía a las plegarias del viernes, manifestó el policía Sarhat Qadir. Otras tres personas resultaron heridas.

   En la ciudad sagrada de Karbala, los peregrinos chiíes comenzaron a abandonar las calles después de dormir al aire libre ante el temor de viajar por la noche, tras una serie de ataques contra los feligreses.

   Las estaciones de autobuses estaban colmadas de peregrinos que regresaban a sus casas después de las festividades religiosas chiíes que marcaron la finalización de un período de 40 días de luto en honor al Imán Hussein, nieto del profeta Mahoma y uno de los santos chiís más importantes.

   Los combatientes de la insurgencia suní realizaron varios ataques mortíferos contra los feligreses chiís en los días anteriores a las festividades religiosas. Las medidas de seguridad seguían vigentes el viernes, y los policías custodiaban las calles y vigilaban desde los tejados.