Clero San Pedro respalda al obispo Ozoria

Clero San Pedro respalda al obispo Ozoria

El clero de la Diócesis de San Pedro de Macorís calificó de injusta la acusación hecha a su obispo Francisco Ozoria Acosta por la Fundación para el Desarrollo Vicente Celestino Duarte de que es una persona desconocida y lejana a ese pueblo, por lo que rechazó la solicitud de traslado formulada por esa entidad.

La posición la exponen en un documento que incluye entre sus firmantes al párroco de San José de los Llanos, padre Christopher Hartley, a quien también dicha fundación pide que retiren de esa jurisdicción por considerar que actúa en contra de la provincia y del país con sus denuncias ante organismos internacionales por supuestos maltratos a los haitianos.

“Las calumnias e insultos injustificados que algunos poderosos han hecho verter sobre nuestro obispo y uno de nuestros hermanos de presbiterio, no son sino una expresión más de la cruz cotidiana que preside la vida de todo pastor que se precie de ser amigo de Cristo y amigo de los hombres”, plantea.

Sostuvo que porque conocen bien al obispo Ozoria, saben que su corazón no alberga el menor sentimiento de odio o rencor por los que le hacen sufrir y sí, mas bien, un rebosar de amor y deseos de conversión particularmente hacia quienes más daño le han hecho.

“Si de todo lo ocurrido pudiera haber algo que verdaderamente entristeciera el corazón de nuestro obispo es que todos los que conformamos la iglesia diocesana no supiésemos ver la mano providente de Dios en todo lo sucedido y extraer renovados tesoros de gracias para un nuevo florecer del evangelio en medios de las personas que nos ha sido confiadas”, señaló. Indicó que en ocasión de celebrarse un aniversario más de la creación de la diócesis y la congregación episcopal del obispo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, todos los presbíteros de la diócesis de San Pedro de Macorís dan testimonio de las maravillas que el buen Dios ha realizado en medio de ese pueblo.

Plantean que son testigos del avance imparable del anuncio del evangelio desde los barrios de esa provincia hasta los campos y bateyes más recónditos de la geografía diocesana.

“En estos años han sido multitudes incontables de pequeños, jóvenes y mayores las que han recibido los sacramentos y por ellos una participación más viva y plena de la nueva vida en el Cristo”, resalta.

Entre los signos más visible del crecimiento citaron la ordenación de vocaciones nacidas en esa tierra al presbiterio diocesano, el establecimiento de un monasterio de vida contemplativa y la edificación del seminario menor con su creciente cosecha de vocaciones.

También, la creación de nuevas parroquias y distritos parroquiales, el establecimiento de nuevas congregacionales religiosas con sus respectivos carismas al servicio del pueblo, así como los miles de jóvenes y mayores que han recibido los sacramentos de la iniciación Cristina.

“La preocupación que nuestro obispo ha mostrado por la pastoral de la familia, incluso, celebrando él personalmente muchos de estos matrimonios, la creación de incontables obras de bien social diseminadas a lo largo y ancho de nuestra geografía diocesana tales como hospitales, dispensarios, comedores infantiles”, citan.

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