Clientelismo, arma de doble filo

Clientelismo, arma de doble filo

En julio de este año publiqué un artículo titulado “Cuco o hartazgo” con el planteamiento de que el miedo al PRD y el hartazgo con el PLD serán factores decisivos en el resultado electoral de mayo 2012.

Se sabe que el PLD y el PRD aglutinan grandes clientelas políticas; es decir, amplios segmentos de votantes que se benefician o aspiran a beneficiarse de los recursos del Estado en forma de contratos, macuteo, empleos directos, servicios públicos o dádivas.

Cada bando clientelar votará por su partido, y esta población representa un segmento significativo de votantes. No hay que olvidar que además del PLD y el PRD, muchos partidos minoritarios están integrados a los feudos clientelistas.

El PLD, al controlar el Estado, se beneficiará ampliamente de los recursos públicos para consolidar y aumentar su masa votante. En este sentido, el PRD no es electoralmente competitivo, como no lo es ningún partido de oposición en sistemas políticos tan clientelares como el dominicano.

Pero el clientelismo es arma de doble filo. Los recursos que un partido gobernante puede utilizar sin controles para beneficio propio generan a veces una reacción muy negativa entre quienes no se benefician, y estos constituyen la mayoría de la población, porque el Estado casi nunca es tan rico para satisfacer a tanta gente.

Además, no todos los votantes se adhieren a clientelas partidarias. A estos les motiva otros factores para votar a favor de un partido u otro. En mayo de 2012, el factor central para esta franja no clientelar del electorado será el miedo al PRD o el hartazgo con el PLD.

Las crisis económicas que se han producido durante los gobiernos del PRD y las tensiones internas de ese partido, han generado una cultura de miedo, azuzada también por el PLD, que se beneficia electoralmente de la situación.

Pero el PRD ha demostrado contar con una cultura política de arraigo perredeísta que le ha permitido sobrevivir aún en condiciones adversas, y a pesar del largo tiempo que ha pasado en la oposición.

Vale anotar que en los últimos 50 años (1961-2011), el PRD sólo ha gobernado 14 años y siete meses, y de los últimos 25 años (1986-2011), sólo ha gobernado cuatro años. Poco tiempo para un partido de tanto arraigo popular.

Es claro que un PLD unido desplegará toda su maquinaria gubernamental para ganar las elecciones. La interrogante es si tanto despliegue de poder ayudará o no a conformar una mayoría electoral.

A diferencia de elecciones anteriores, un amplio segmento del electorado está cansado del gobierno peledeísta: los mismos funcionarios, las mismas políticas públicas y prioridades. Por hastío mucha gente quisiera un cambio.

El freno principal al cambio en este momento lo constituye el propio PRD.

Si el PRD se hubiese renovado y ofertado una candidatura nueva capaz de generar ilusiones de transformación, sería imposible detener su triunfo el próximo mayo. No lo detendría ni siquiera la maquinaria clientelar del PLD, porque hay suficiente cansancio en la población con el gobierno.

Pero el PRD continúa sumido en tensiones internas y no ofrece nada nuevo. Por eso, el 20 de mayo de 2012, los votantes que no se adhieren a las clientelas partidarias se dividirán en tres grupos: unos no votarán, otros votarán por el PLD por miedo al PRD, y otros votarán por el PRD por hastío con el PLD.

Con la maquinaria clientelar a todo vapor, el PLD lleva una ventaja, en parte por el clientelismo, y en parte por la debilidad de la oposición. Sólo una agudización de los problemas económicos podría cambiar esta ecuación electoral.

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