En un país donde gobierna la cultura del to´e´ to´ y el na´ e´ na´ el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (FAPROUASD) puede denunciar que su rector, Iván Grullón, ha corrompido esa academia con el nombramiento de miembros PLD que no trabajan, provocando un déficit mensual de 46 millones de pesos, y su denuncia no tendrá mayores consecuencias que una crónica en los periódicos de la que mañana nadie se acordará y mucho menos leerá. Los rumores sobre botellas en la UASD no son de ahora, al igual que los que señalan que ningún aspirante a rector puede llegar al cargo sin pactar y repartir, entre los grupos políticos que se cobijan bajo su sombra, los cargos disponibles, y tal vez por eso ya nadie ni dentro ni fuera de su campus se alarma o preocupa cuando oye o lee sobre esas ocurrencias. Santiago Guillermo, presidente de Faprouasd, viene reclamando desde hace tiempo que las cosas cambien, que la UASD organice sus finanzas y transparente su abultada nómina y el uso que da a los recursos públicos que recibe, pero el pasado miércoles dio un paso en concreto: convocó a los aspirantes a la rectoría a firmar un pacto por el saneamiento integral de la academia, que definió como un compromiso con su institucionalidad y sus estatutos orgánicos. Emma Polanco, Nino Félix, Francisco Terrero Galarza, Eritrudis Beltrán, Amado Reyes y Oscar Rosario fueron los suscribientes del pacto, para lo cual sirvió de escenario el auditorio Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir. Ojalá que los firmantes de ese compromiso puedan justificar, si les toca la oportunidad, el optimismo que exhibió para la ocasión el presidente de FAPROUASD, porque lo cierto es que hará falta mucho mas que un pacto de caballeros para librar a la mas antigua universidad del Nuevo Mundo de una de las peores plagas de estos tiempos del to´ e´ to´ y el na´ e´ na´: el clientelismo político.