Clientelismo político y los servicios hospitalarios

Clientelismo político y los servicios hospitalarios

Rodrigo Borja en su libro Enciclopedia de la Política define el clientelismo como“el estilo de hacer política que consiste en generar facilidades y gratitudes en grupos de la población a cambio de favores que le dispensan u ofrecen los políticos”. “Cambio de bienes por votos o servicios”.
La cultura política clientelar afecta negativamente los servicios de salud.
Implantar una política de recursos humanos que permita identificar la necesidad de una función, definir el perfil de la persona para la misma y el mecanismo de reclutamiento; asimismo, evaluación del desempeño para su permanencia o no, ha tenido dificultad u oposición, convirtiéndose esta situación en caldo de cultivo para mantener y propiciar prácticas clientelares en las contrataciones de personal en los hospitales, incluso en los mandos medios de la estructura organizativa del Servicio Nacional de Salud . Esto unido a debilidades institucionales y manejo discrecional de los recursos por los gerentes, sin que falte el aspecto nespótico, mantiene a los mismos en estado permanente de crisis que se refleja en servicios de mala calidad.
Los políticos locales medran permanentemente en los centros de salud ejerciendo influencias y presiones para que les complazcan con nombramientos para sus “compromisos”.
En la práctica, cómo se expresan esas presiones y sus resultados negativos:
Los directores y administradores se designan por recomendaciones, las más de las veces políticas (esto se empezó a corregirse con los concursos en lo referente a los profesionales), una vez instalados les comienzan a demandar el nombramiento de personas con las cuales tienen compromisos políticos, reclamándoles que por ellos están en esos puestos. En no pocas ocasiones se trata de personas sin calificaciones, que no responden a las autoridades del hospital sino a los políticos a los cuales les deben agradecimiento, incumplen pues entienden que se trata de recibir un “chequecito”. Otras veces actúan impidiendo la desvinculación o cancelación de personas incumplidoras. Asimismo, promueven el traslado de personal, que pudiera ser de un lugar donde es necesario a otro donde no lo es. Forman las nóminas excesivas; pero se da algo paradójico: por un lado sobra personal, por otro falta el competente.
Imponen personal pasado de edad para funciones de soporte: camilleros, conserjes, vigilantes, porteros, cocineras, lavanderas, etc. Los cuales al poco tiempo por enfermedad o ancianidad no pueden cumplir, y no se cancelan por “razones humanitarias”; además, no gozan de los beneficios de pensión por el poco tiempo laborando, teniéndose que contratar nuevos personal, duplicando financiamiento para el mismo puesto.
Por otro lado, algunos de esos “influyentes” se convierten en proveedores de medicamentos e insumos hospitalarios, encontrando “las facilidades” de directores y administradores que les deben “gratitud”, para que les compren, adquiriendo productos no prioritarios, incluso de muchos que los suministra Promese, a sobre precio. Esto explica en parte las grandes deudas hospitalarias.
Es importante señalar que con frecuencia se dan operativos médicos en los hospitales, que pudieran verse como ayuda a personas, pero que son actos políticos, provocando una demanda inducida que aumenta el consumo no programado de insumos y medicamentos, dificultando el desempeño ordinario; además, favoreciendo inequidad porque se violan las listas de espera, sobre todo en el área quirúrgica. Es justo decir que en algunos casos llevan los insumos. También, se hacen operativos médicos comunitarios aportando los bienes necesarios los hospitales. Esto merma los recursos de los centros para resolver la demanda cotidiana.
Los operativos médicos son una expresión de la ineficiencia de los servicios sanitarios. Con frecuencia las personas que asisten no están enfermas, pero van a buscar medicamentos; por otro lado, muchos de los que pudieran estar enfermos no reciben los fármacos que necesitan, pues se les dan los que tienen. Si a un paciente no se le entrega medicamento, en estos operativos, y se le prescribe una receta lo ven como un fracaso desde el punto de vista del objetivo político.
Debo señalar que hay instituciones: Fundaciones y Ong, que realizan un trabajo serio con operativos programados, por ejemplo en oftalmología, Labio Leporino y Paladar Hendido, Cirugías Cardíacas, entre otros.

Quiero hacer mención especial de “los comunitarios”, que pudiera pensarse que es una especie de mecanismo de acercamiento del hospital a la comunidad o viceversa, por su intermediación. Pues no. Salvo raras excepciones, como todo en este país esta distorsionado, este mecanismo de participación también lo está. Son grupos de presión, activistas políticos, que buscan prebendas, que los pongan en nómina. No para trabajar desde luego.

Creo que es bastante explícito el por qué hay que profesionalizar la gestión de dirección y administración, y despolitizar el sector.

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