POR UBALDO GUZMAN MOLINA
El clientelismo político «nos va llevando a un estado de pobreza a todos los niveles y en todos los actores de la vida nacional», advirtió ayer el senador por Santiago, Francisco Domínguez Brito.

A su juicio, el clientelismo político está empobreciendo más, no sólo a los ciudadanos llenos de tantos problemas, sino también a la clase política que no tiene ni siquiera tiempo para discutir sobre cuestiones esenciales de la democracia.

Domínguez Brito hizo las consideraciones al comentar la ponencia del politólogo Ramón Tejada Holguín en el panel sobre «Partidos políticos y transparencia en la administración pública», organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Participación Ciudadana,  el Consejo Nacional de Reforma del Estado (CONARE) y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).

El senador por Santiago dijo que la cotidianidad política está limitada a una serie de chismes y de problemas y consideró que el nivel de impunidad en el país es generalizado.

Expresó que las únicas dos personas detenidas por corrupción en el país fueron dos: Sam Goodson, quien fue puesto en libertad y otra  cuyo nombre no mencionó.

Indicó que en un marco de complicidad se celebra que una institución como la Liga Municipal Dominicana maneje RD$700 millones anuales.

Lamentó que ese tema no se puede discutir porque inmediatamente aparecen «unos muros que hacen que hasta la discusión se apague. Realmente no hay una discusión seria de nosotros como partidos políticos. Vale más que me den RD$20,000 para yo repartir tantas fundas de cemento o de block que provengan de esos RD$700 millones de Liga, que una discusión seria de cómo esos RD$700 millones se inviertan para que no haya cañadas o aguas estancadas y se eviten enfermedades de los niños», consideró.

Expresó que los políticos deben preguntarse «¿Qué somos?, ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia como políticos?».

Consideró que los políticos no deben limitarse a repartir mosquiteros, pagar recetas médicas o «arreglar un moño en un salón de belleza».

Domínguez Brito dijo que la existencia de los partidos es necesaria en el país y en todos los países del mundo.

Expresó que en la democracia occidental e incluso en regímenes dictatoriales o en las sociedades marxistas, los partidos juegan un papel determinante en la organización de la sociedad.

Señaló que el país tiene que funcionar con los partidos, independientemente de su buena o mala actuación en una coyuntura determinada.

A su juicio, los actores de los cambios de una sociedad son los grandes líderes y los partidos.

Dijo que la ciudadanía tiene que organizarse, demandar y tener conciencia  «y resolver sus problemas dentro de la colectividad».

Indicó que los partidos tienen que tener conciencia de su rol de ser los entes de cambio de una sociedad.

Cree que gran parte de la sociedad, aunque no la mayoría, exige ante una serie de necesidades que se solucionen sus problemas individuales.

Consideró que la clase política no se siente a discutir problemas nacionales y cuáles son las políticas públicas que se deben llevar a cabo para solucionar «aquello que nos afecta como sociedad».

Expresó que los políticos dedican más tiempo, con motivo del dengue, a repartir mosquiteros en lugar de sentarse la clase política de todos los partidos para establecer una política de  concienciación ciudadana sobre el mosquito que produce la enfermedad y de mejoría de los sistemas de salud.