Cloasma, la máscara del embarazo

Cloasma, la máscara del embarazo

El embarazo, un estado especial de euforia y felicidad para la mayoría de las mujeres, trae aparejada una serie de cambios en el cuerpo. A medida que la “panza” crece, también pueden aparecer unas manchas oscuras en la piel de la cara: el cloasma.

¿Qué es el cloasma?
El cloasma, o melasma, se incluye dentro de las afecciones llamadas discromías, que se manifiestan con irregularidades en el color de la piel. De acuerdo con Claves para el Diagnóstico Clínico en Dermatología, del profesor José María Mascaró, catedrático de la Facultad de Medicina de Barcelona, España, los pigmentos determinantes del color característico de la piel son dos: la hemoglobina y la melanina.
El primer elemento está presente en los glóbulos rojos de la sangre, y es el responsable del grado de palidez o rubicundez del tegumento. La melanina es la que otorga la tonalidad propia de la piel. Su presencia varía de acuerdo con los grupos étnicos, las zonas del cuerpo y la exposición a la luz solar. Esta sustancia es producida por los melanocitos a nivel de la epidermis -la capa más externa de la piel-. Los melanocitos son células con prolongaciones a manera de tentáculos, que se intercalan entre las células estructurales de la epidermis, los queratinocitos. Gracias a esos tentáculos, los melanocitos inyectan la melanina en la parte superior del núcleo de los queratinocitos.

Mecanismo protector
Dispuesta como un gorro, la melanina actúa de manera que protege el núcleo de la acción de los rayos solares y evita daños en el material genético -ADN- contenido en aquél. Así, la producción de melanina es un mecanismo protector de la piel para disminuir la acción nociva de los rayos ultravioletas del sol.
En ciertos momentos, y por mecanismos que aún no tienen una explicación certera, la piel puede producir demasiada melanina. Es el caso del cloasma. Para Gabriel Brau, médico dermatólogo del Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el cloasma gravídico o del embarazo es una entidad dentro de un nombre más abarcativo, el melasma. Según el especialista, cloasma y melasma son sinónimos, y representan “una hiperpigmentación adquirida de la piel, en las zonas expuestas a la luz solar”.
“El melasma puede tener distintas causas, algunas que no se conocen -idiopáticas-. Pero la más frecuente es el embarazo. Y aquí sí lo llamamos cloasma gravídico”, agrega Brau.
Según expone Fitzpatrick en su libro Dermatología en Medicina General, los mecanismos generadores de melasma o cloasma son desconocidos. Si bien se citan diversos factores causales, además del embarazo, la trama íntima aún no se ha dilucidado. Entre las otras causas involucradas se encuentran los anticonceptivos orales, las enfermedades de carácter endocrinológico -incluído el cáncer de ovario-, los cosméticos, los medicamentos anticonvulsivantes -hidantoínas-, las deficiencias nutricionales -déficit de hierro, proteínas y vitaminas del complejo B-, las disfunciones hepáticas, y los factores genéticos y raciales.  No obstante, sí se puede afirmar que la luz solar es el cofactor decisivo en la aparición del melasma o cloasma.

Cronología
La doctora Alejandra Patricia Mariño, especialista argentina en dermatología, explica que “al cloasma o melasma se lo llama la máscara del embarazo porque se manifiesta con manchas pardas de intensidad variable, irregulares, sobre la piel de las mejillas, frente, sienes y región peribucal, remedando el aspecto de una máscara”.
La experta indica que el problema es más frecuente en mujeres morenas. Con respecto a las embarazadas, estas manchas pueden aparecer desde el segundo mes de gestación, e ir acentuándose a medida que ésta avanza.
“Junto con el cloasma también se van hiperpigmentado las aréolas mamarias, la vulva y región perianal -alrededor del ano-, las cicatrices y la línea blanca abdominal -que va desde el ombligo al pubis”, finaliza Mariño.
Pero no todas la mujeres embarazadas necesariamente padecerán cloasma. Como afirma el doctor
Brau, “es necesaria una predisposición genética. Una mujer embarazada, genéticamente predispuesta, ante la exposición solar, es más probable que se hiperpigmente, comparada con una embarazada no predispuesta”.
Al observar con qué frecuencia aparece el cloasma en las mujeres embarazadas dentro de una misma familia, se puede sospechar esa predisposición. Pero, como la biología no es una ciencia exacta, la aparición de cloasma, su severidad y repetición en embarazos posteriores, no se puede precisar.

¿Requiere tratamiento o se va solo?
Generalmente el cloasma debido al embarazo desaparece poco tiempo después del parto. En aquellos casos no asociados con el embarazo, se deberán investigar y corregir los factores causantes de la hiperpigmentación, -suspender los anticonceptivos orales, el uso de cosméticos agresivos, tratar estados carenciales de nutrición y las enfermedades hepáticas, entre otras-.
“Pero siempre será imprescindible la protección solar. Para ello se usarán protectores solares efectivos, de acuerdo al tipo de piel de cada paciente y recetados por un dermatólogo”, afirma la doctora Mariño.
¿Qué sucede cuando el cloasma persiste? En este caso se recurrirá a un tratamiento local con medicación específica, aunque no siempre podría resultar efectivo.
El doctor Brau comenta: “Es preciso determinar dónde asienta el pigmento, si en las capas más superficiales de la piel o en las más profundas. Los más superficiales son los que mejor responden”. Y agrega: “Existe un examen, que se hace con una luz especial, llamada luz de Wood, con el que se puede detectar, según la experiencia de quien aplica el método, si la hiperpigmentación tiene un patrón superficial, más profundo o mixto. Y así se puede estimar la utilidad del tratamiento”.
Entre los medicamentos depigmentantes o blanqueadores históricamente utilizados, se encuentra la hidroquinona. Se aplica localmente, en concentraciones entre el 2 y el 4 por ciento, sola o asociada a otras sustancias químicas, como el ácido retinoico al 0,025 hasta 0,1 por ciento, y el ácido glicólico al 8 por ciento. Estos ácidos producen un efecto peeling, y coadyuvan en la eliminación del pigmento. En el mercado ya vienen formulados en crema que, utilizada durante un período que oscila entre cuatro y ocho semanas, da buenos resultados Pero también tiene sus inconvenientes, puede producir la irritación de la piel en contacto con ellas.
Si bien el tratamiento del cloasma lo realiza el dermatólogo, las embarazadas pueden colaborar en su prevención. Para ello, sería conveniente evitar la exposición directa al sol, especialmente en las horas de mayor intensidad lumínica. Así pues, un buen sombrero, una pantalla solar de protección total y… a disfrutar del embarazo.

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