Club de París: medio siglo sin auto-examinarse

Club de París: medio siglo sin auto-examinarse

Cumplir 50 años es duro, especialmente si la gente cree que ya está cumplido. Por eso, cuando el Club de París contemplaba esta semana su marca del medio siglo, el grupo de los 19 países ricos acreedores se preocupaba por la forma de moverse al paso de los tiempos. 

La economía mundial ha cambiado de manera espectacular desde que el Club de París vino al mundo en 1956, con el propósito de negociar acuerdos con las naciones deudoras que pudieran pagarle su deuda a otros gobiernos. Comenzando con las primeras conversaciones de acreedores que se realizaron con Argentina en París, el grupo, informalmente organizado, pero poderoso políticamente, hasta la fecha ha cerrado 402 acuerdos de reestructuración de deuda, por un valor de US$523 millardos, con 81 países.

Sin embargo, su propósito futuro está menos claro, El Club de París ha estado prestando menos a países en desarrollo, que tienen mayor acceso a los mercados internacionales de capital. Al mismo tiempo, está cancelando deudas, o bien permitiendo a los deudores comprar sus deudas, o ambas. Además, muchos países de mercados emergentes se han convertido en acreedores netos.

Xavier Musca, el director del Tesoro francés, quien es también el presidente del Club, alega que el grupo “sigue siendo una institución útil para la comunidad internacional”. Sin embargo, él cree que su principal reto es evitar que países que no son miembros en rápido crecimiento, como China y Brasil, presten de manera irresponsable a países más pobres que pudieran entonces buscar el perdón de la deuda del Club de París.

“Tenemos que mejorar el diálogo para evitar que se comporten como jinetes solitarios”, dijo el señor Musca recientemente, mientras profesaba un mayor optimismo sobre las posibilidades de una mayor cooperación con Brasil que con China. En verdad, funcionarios del Club de París han expresado preocupaciones por los préstamos concedidos a países que pudieran no ser capaces de pagarlos. Un ejemplo reciente es el préstamo de US$2 millardos de China a Angola el año pasado, seguido por otro US$1 millardo este año. El Ministerio de Finanzas de Angola dijo en abril que estaba empezando a  sostener conversaciones con el Club de París para renegociar su deuda externa de US$9,5 millardos, ya en gran parte compuesta de atrasos.

Thierry Breton, el ministro de Finanzas de Francia, en un discurso pronunciado para la conferencia del martes, instó a los nuevos líderes internacionales a que se incorporen al Club. “Invito a todos los países cuyas responsabilidades internacionales los llevan a desempeñar un papel eminente en la economía mundial y en el desarrollo de los más pobres, para que se nos unan”, dijo.

Philip Poole, jefe de investigaciones sobre mercados emergentes de HSBC, dijo que la cuestión de la relevancia del Club de París forma parte de un debate más amplio sobre el papel que las instituciones internacionales, incluyendo el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, deben desempeñar en un mundo con menos crisis financieras.

 “No hay muchos países que tengan un número importante de problemas ahora, porque la credibilidad de los mercados emergentes, en general, ha mejorado”, dijo. “A menos que creamos que el mundo de repente se va a poner mucho peor y los países empezaran a incumplir con los pagos de nuevo, realmente el Club de París no tiene un papel que desempeñar”.

Los críticos, en particular los del sector privado, se han quejado siempre por la falta de transparencia del Club, y la naturaleza cargada políticamente de algunos acuerdos. Un ejemplo excelente de esto último fue la cancelación del 80% de la deuda que el grupo le aceptó a Irak, un país rico en petróleo, para reducir la inmensa deuda acumulada bajo el gobierno de Saddam Hussein.

Sin embargo, otros observadores dicen que el Club de París todavía puede hacerse sentir. Tim Ash, estratega de mercados emergentes en Bear Stearns, dijo que el grupo ha evolucionado más hacia una organización para el desarrollo. “Probablemente vaya más lejos en esa dirección en el futuro”, expresó.

Jerome Booth, jefe de investigaciones de Ashmore Investment Management, estuvo de acuerdo. “Donde el Club de Paris tiene importancia hoy es en relación con África, más allá del perdón de la deuda, que se hace solo una vez”. Dijo que el Club de París, además de otros donantes oficiales, pudiera ayudar a los países africanos a tomar préstamos “en forma sostenible en los mercados internacionales”.

VERSION: IVAN  PEREZ CARRION

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