Club Libanés, Sirio, Palestino:
un hogar que resguarda la cultura
de Medio Oriente

Club Libanés, Sirio, Palestino: <BR>un hogar que resguarda la cultura <BR>de Medio Oriente

POR MARÍA MERCEDES
Para los inmigrantes y descendientes de árabes, el pasado 5 de mayo fue una fecha memorable e histórica. Es que esa noche, que fue bendecida con una tímida lluvia, se reunieron con el corazón alborotado de felicidad porque vieron cumplir el sueño que acariciaron desde hace muchos años: ser partícipes de la inauguración del Club Libanés, Sirio, Palestino Inc.

Sin duda, esa alegría que manifestaban a través de sus sonrisas tenía un sentimiento muy profundo, pues sabían que honraban la memoria de quienes tuvieron la iniciativa de fundar el Club 80 años atrás.

En ese ambiente, donde las energías positivas fluían por doquier, fueron inauguradas las nuevas instalaciones de su nueva casa-club, edificación que contribuirá a preservar y difundir la cultura del Medio Oriente, y que brindará un mejor esparcimiento a sus integrantes.

El acto, en el que también celebraban las ocho décadas de existencia de este Club inició con el izamiento de la bandera dominicana a cargo de William Jana, presidente del Consejo de Pasados Presidentes, y la bandera del Club por Ivonne Nader, presidenta de la junta directiva. Luego procedieron a develizar las placas de bronce del Club, de los Fundadores y de los donantes.

Ya dentro del amplio y hermoso salón, las palabras de bienvenida a las personalidades del ámbito diplomático, político, cultural, empresarial y social fueron pronunciadas por Lissette Selman.

Seguidamente tomó el micrófono Juan José Attías, encargado del Comité de Construcción, quien hizo mención de los primeros inmigrantes árabes que arribaron al país, en la penúltima década del siglo antepasado, incrementándose la inmigración en la primera y segunda década del siglo pasado.

«Como venían de países muy lejanos, desconocían el idioma y con escasos recursos, se vieron urgidos a ejercer el comercio y agruparse para intercambiar ideas, propósitos e inclusive, ayudarse mutuamente. Motivados en estos aspectos, les surgió la idea de formar un centro social que constituyó la base de sus operaciones mercantiles, pero al mismo tiempo, su medio de distracción y esparcimiento», indicó.

«Ésta es una historia que se fue escribiendo con letras de oro, y ha dado como resultado nuevos vocablos, costumbres, gastronomía, formando así una mezcla de razas y culturas que están arraigadas en la sociedad dominicana».

Dijo que de ese modo surgió el primer Club que se instaló en 1914 en la Calle El Conde, cerca de la esquina Sánchez, en la parte alta de la casa marcada actualmente con el número 62, siendo su primer presidente José Antonio Scheker.

Precisó que la adquisición de ese terreno fue una brillante operación ejecutada por la directiva presidida por Fued Maud Brinz, lo que les permitió desarrollar la gran obra que recién inauguraron. «Ahora que terminamos la estructura física de nuestro Club debemos concentrarnos en fortalecer la parte humana».

En sus breves palabras, William Jana afirmó que los verdaderos protagonistas de la noche eran los hombres y mujeres que desde el siglo XIX salieron de El Líbano, Siria y Palestina hacía América, específicamente a Cuba, Aruba y Santo Domingo. «Ellos sembraron la semilla del trabajo y de la honestidad». Con mucho orgullo pidió un aplauso para cada uno de ellos. El auditorio le correspondió al ponerse todos de pie.

También abogó para que en esos países donde nacieron sus padres y abuelos reine la paz, y agradeció a los vecinos de El Cacique, que durante tantos años cuidaron ese terreno con tanta dedicación.

Ivonne Nader, presidenta de la junta directiva del Club, agradeció a todas las personas que colaboraron para que esa obra fuese una realidad.

Finalizado su discurso, los presentes disfrutaron de un coctel en una de las áreas del Club, donde se recibía la cálida brisa del mar y de fondo se escuchaba la música que identifica a la danza del vientre.

UBICACION

El Club Libanés, Sirio, Palestino Inc., localizado en la Autopista 30 de Mayo, esquina calle Herman Suárez, fue levantado en el terreno comprado hace 20 años tras la venta del local del Club que estaba frente al Parque Independencia.

La obra tiene cuatro niveles, y posee un área de recreación para los infantes.

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