Cracovia. La policía polaca concluyó una operación que desarticuló una red de clubes de alterne en los que supuestamente fueron drogados y timados “decenas de miles” de clientes, muchos de ellos extranjeros.
Unos 500 agentes registraron más de 100 locales en las principales ciudades del país y, además de incautarse de grandes cantidades de dinero, 4.000 grabaciones de cámaras de vigilancia y objetos de lujo por valor de cientos de miles de euros, detuvieron a 22 personas que se enfrentan a un total de 400 acusaciones, según las autoridades.
Diecinueve de los detenidos permanecen en prisión preventiva, acusados de tráfico de personas y delitos contra la salud pública, cargos que les pueden acarrear hasta 12 años de prisión.
Una parte importante de los clubes pertenecía a la cadena “Cocomo”, que desde hace aproximadamente una década estaba presente en los centros turísticos de las principales ciudades polacas y llegó a especializarse en atraer clientela extranjera, especialmente en períodos vacacionales.
Entre los hechos de que se acusa a la red que gestionaba estos locales está el drogar a los clientes con narcóticos disueltos en las bebidas y, una vez aturdidos, proceder a cargarles grandes cantidades en sus tarjetas de crédito.
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En algunas ocasiones, esas cantidades ascendían a decenas de miles de euros y la policía polaca tiene constancia de un caso que superó los 200.000 euros.
En las instalaciones de los clubes había cámaras de vigilancia que grababan a los clientes en compañía de prostitutas y de esta manera chantajeaban a las víctimas para disuadirles de acudir a la policía.
Una vez se agotaba el crédito de las tarjetas de los clientes, los empleados de estos locales conseguían extraer aún más dinero de sus víctimas gracias a acuerdos con empresas de créditos rápidos que en pocos minutos cargaban aún más gastos en las cuentas telefónicas de los afectados.
El centro de operaciones de esta red se encontraba en Cracovia, la ciudad más turística del país y destino cada año de unos 10 millones de turistas.
Un reportaje de investigación emitido por la televisión polaca en 2019 reveló que aproximadamente la mitad de las víctimas de este tipo de delitos renuncia a acudir a la policía y, cuando los denunciantes eran extranjeros de vacaciones, en la mayoría de los casos se suspendía la instrucción del proceso ante la ausencia del demandante.