Es cierto que para una ONG, y más que todo para una ONG como la nuestra, llegar a los 21 años de actividad incluadicable en la promoción y defensa de los derechos humanos del pueblo dominicano, no es cualquier cosa.
Es cierto que quisiéramos que fuera nuestro último cumpleaños, ya que esto significaría que finalmente la República Dominicana se haya convertido en el país que todos soñamos y ya nuestra organización de defensa de derechos humanos no tendría razón de existir.
“Una ONG como la nuestra” quiere decir una ONG que jamás ha recibido fondos del estado, que jamás ha tenido una partida en el presupuesto nacional a pesar de tener todo el derecho a ello y que desarrolla sus actividades exclusivamente gracias a un pequeño, pero al mismo tiempo grande y poderoso, grupo de mujeres y hombres que a diario ponen de lo suyo, ya sea recursos económicos, voluntad, tiempo o aunque sea solo sueños y buenas intenciones, para cambiar nuestro país.
21 años no son cualquier cosa para una ONG que se mantiene y se sustenta exclusivamente gracias a una palabrita mágica que sin embargo encierra mucho poder: VOLUNTAD.
Voluntad que nuestro país sea un mejor país, poco importa quien gobierne. Lo que importa es que quien gobierne lo haga respondiendo a los mejores intereses del pueblo dominicano, teniendo como norte la justicia con igualdad social, el beneficio de los sectores más vulnerables de la población y la dignidad de nuestro pueblo.
Voluntad que el país que dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos sea mucho mejor del país que hemos vivido y en el que vivimos hoy en día.
Voluntad que la sangre derramada por los que lucharon por las pocas o muchas libertades de las que gozamos hoy en día, no haya sido derramada en vano.
La lucha por los derechos económicos, sociales y culturales (DESCA) en nuestro país ha significado importantes conquistas, a lo largo de estos años.
Recordamos batallas ganadas como barrios de los derechos humanos o contra los desalojos en varias zonas del país, la lucha por asfaltado de calles, construcción de escuelas, derecho a la salud de cientos de comunidades, por el agua y el trabajo digno entre otras.
Las mujeres y hombres que conformamos la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a lo largo y ancho de nuestro país, representantes de amplios estratos y sectores de la población dominicana, esta voluntad la tenemos y bien clara y es gracias a ella que hemos llegado este 27 de septiembre del 2018 a celebrar los 21 años de nuestra organización, que tal vez son algo más de 21, si consideramos la totalidad de nuestra historia.
Sabemos que llegar a 21 años en medio de tantas precariedades y dificultades, (que nos visiten en nuestra oficina los que no lo creen) no es poca cosa.
Por eso celebraremos cada año que vendrá como una conquista, deseando en el mismo tiempo, por las razones más arriba explicadas, que sea el último.
Estos 21 años juntos quieren decir al mismo tiempo que fracasamos (porque evidentemente no hemos logrado nuestros objetivos) pero que sin embargo hay esperanzas y no todo está perdido.
Sobre todo quiere decir que un mundo mejor es posible y que además de esto es también necesario. Y que un país mejor es un derecho del pueblo dominicano.
¡Así que feliz cumpleaños a todos nosotros!