CNN. Día de un año

<p>CNN. Día de un año</p>

EDUARDO KLINGER PEVIDA
Un día, no importa de que año ni a que hora, nos sentamos frente al televisor y buscamos con el control manual el Canal CNN en español para actualizarnos sobre el acontecer mundial. Quizás lo hacemos con la confianza de que vamos a echar un vistazo a un mundo donde las cosas fuesen para mejor y los conflictos no fuesen graves o, cuando menos, la solución de los mismos no fuese por la vía de la violencia y la penuria de la población civil.

Craso error. No es ese el mundo en que nos ha tocado vivir.

Habría que preguntarse que significó, entonces, aquello del fin de la Guerra Fría que se inició con el derrumbamiento del Muro de Berlín -que tan amargamente separaba a familias y conciudadanos de un mismo pueblo-. ¿Que nos quisieron decir cuando unos supuestos estadistas, y otros tratadistas, nos hablaron del “fin de la historia”?.

Lo cierto es que éste mundo de finales del siglo XX e inicios del XXI nos está trayendo más guerras, destrucción, zozobra y angustias. Nos decían que en el nuevo escenario mundial, post Guerra Fría, se superarían las fronteras y se construiría un “solo mundo”.

Sin embargo, CNN nos trae otra cosa. Ahora se levantan nuevos muros -que algunos llaman “muros de vergüenza” y que, en efecto, debieran llenar de vergüenza a quienes los construyen, no importa la justificación- para separar fronteras. Para dividir en vez de unir.

El término de “Guerra Fría” comprime cincuenta años de la historia en que el mundo estuvo permanentemente al borde de su destrucción, ante la posibilidad de una guerra nuclear que no habría dejado ni la historia. Ese hecho cierto, expresado en la capacidad disuasiva de que fueron capaces de dotarse las dos grandes superpotencias, en su apetencia de dominación, hizo posible de que se restringieran y se “inhibieran” muchos conflictos. Gracias a eso es que se evitó la guerra nuclear en octubre de 1962 cuando la crisis de los misiles soviéticos en Cuba. El costo, ya para esa época, era impagable para las dos superpotencias.

Terminó la Guerra Fría, un período de la historia; pero parece que nos hemos adentrado en otro período que, de acuerdo con lo que vemos en CNN, parecer ser de la “Paz Caliente”. Ahora tenemos conflictos tras conflictos. Guerras y más guerras. Durante aquella etapa la doctrina se sustentaba en prevenir las guerras; en ésta, en hacer guerras “preventivas”. Durante aquel crítico período las escenas de guerra las veíamos en technicolor en las manufacturas cinematográficas Hollywood. Hoy CNN nos las trae a todo color hasta nuestras casas.

El Canal de Noticias nos muestra día tras día, año tras año, una amarga realidad. Prácticamente vivimos en guerra. Incluso, la amarga realidad del terrorismo brutal nos puede convertir en víctimas en cualquier momento y en cualquier lugar.

CNN nos presenta las diversas fundamentaciones de las guerras de hoy: nacionalismos, religión, mentiras, terrorismo, miserias y pobrezas -y de éstas últimas nos referimos tanto a la material como a la de algunas almas y el de los liderazgos-, por supuesto, también están presentes las apetencias de siempre. El Medio Oriente -y un conflicto que parece no tener cuando acabar-, el Sudeste Asiático, Africa, Iraq, Afganistán, pero ¿Corea del Norte e Irán?. Alguien ha contabilizado hasta 18 situaciones críticas en áreas de lo que fue un día la Unión Soviética. Durante la Guerra Fría el continente europeo, escenario de las dos grandes guerras mundiales, permaneció en paz, al parecer por la amenaza que representaba el “muro” ya caído. Sin embargo, una vez derrumbado éste, la guerra volvió a suelo de Europa: Bosnia, Serbia, Kosovo, Yugoslavia. La OTAN, una organización militar producto de la Guerra Fría nunca operó durante aquel período. Una vez concluida la “Fría” la OTAN entró en una guerra “caliente” en el caso de Yugoslavia, era la primera vez y ojalá que la única.

Hasta en los Estados Unidos, protagonista de primera línea en casi todos los grandes conflictos, pero que no había sido nunca escenario de guerra -con excepción de la Guerra Civil-, habría de llegar la destrucción y miles de víctimas como consecuencia del terrorismo ciego.

Frecuentemente CNN nos enseña también otras desgracias: la miseria y privaciones que padece la mayor parte de la humanidad. Fuente y germen de conflictos. Hágase la guerra a esas necesidades -pero no sobre la base malthusiana de que la causa era el exceso de población y, por ende, el remedio es acabar con ella por la vía de las guerras, epidemias y hasta el celibato, el buen cura-, hagámoslo sobre principios morales y espirituales: construyamos un mundo más justo.

Las religiones no pueden ser aval para el crimen. Pero tampoco el combate a éste puede ser justificación para quebrantar los valores de la justicia, la integridad física y moral del enemigo. El sagrado respeto a los valores espirituales y humanos no debiera permitirnos el hablar de “matar”. Eso también es una afrenta a la humanidad y a los valores en que creemos y que debemos defender. Seremos mucho más grandes en la lucha si combatimos armados de principios.

CNN también nos trae noticias sobre quienes hablan de “interrogatorios alternativos”, eufemismo para referirse a apremios físicos, o lo que comúnmente denominamos tortura. Seamos capaces de acrecentarnos en la lucha y aún más en la victoria.

Violencia genera violencia. Viejo principio que muchos olvidan. Mientras tanto hemos tomado el acuerdo familiar de no ver CNN mientras estemos en la mesa del comedor. Demasiada amargura.

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