A pesar de que el Sistema Nacional de Seguridad Social tiene más de una década de vigencia, no se ha logrado aún expandir su cobertura a toda la familia dominicana. Ni siquiera sumados los regímenes existentes -contributivo y subsidiado- logran una cobertura universal en asistencia en salud. La centralización del sistema de salud y la duplicidad  han tenido mucho que ver en las fallas de cobertura de la atención. El resultado ha sido una grande e injustificable  exclusión.

La descentralización y regionalización de los servicios de asistencia médica, teniendo al Ministerio de Salud Pública como un coordinador central, parece inspirada en conjurar por todas las vías posibles la exclusión. El proyecto de ley sometido recientemente por el Poder Ejecutivo con la meta de crear la Red Única Integrada de los servicios de Salud Pública y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales parece  un paso en firme a eliminar la duplicidad de esfuerzos y la centralización.

La expectativa que crea con este proyecto el  Poder Ejecutivo es que se estaría trillando el camino  para comenzar a eliminar  una de las debilidades que ha tenido el sistema de seguridad social y que mantiene fuera de sus beneficios a cientos de miles de personas. Sería un gran aporte si  el Congreso y personas ligadas al sistema suman ideas para enriquecer este proyecto.

A rescatar el Juan Pablo Duarte

Capítulos importantes de la historia de la enseñanza pública de este país han sido escritos bajo el techado del liceo Juan Pablo Duarte, un plantel emblemático que se ha quedado rezagado. Su infraestructura, que fue construida en el año 1947, necesita ser remozada para hacerla más funcional y apta para la pedagogía. Junto con ello, es necesario instalar modernos laboratorios de práctica y  equipo audiovisual para facilitar la tarea docente.

El Ministerio de Educación cuenta ahora con recursos financieros cuya inversión debe estar enfocada en la mejora de la calidad de la enseñanza pública. Con el mismo criterio que se construyen nuevas aulas, hay que asumir la tarea de rescatar  planteles que, como el Juan Pablo Duarte, han servido para la formación de   generaciones de bachilleres. Este plantel  del nivel secundario  tiene todavía mucho por aportar a la enseñanza.