Cobrando deslealtades y con salinismo

Cobrando deslealtades y con salinismo

En México, el cambio de banderías políticas se cobra y se paga caro. Eso se demostró fehacientemente cuando apenas unos días de haber ascendido al poder para el próximo sexenio presidencial, Enrique Peña Nieto  ordenó el arresto de Elba Esther Gordillo, presidenta  del poderoso – un millón y medio de miembros – Sindicato Nacional de Trabajadores de la  Educación  (SNTE) . Se le acusó  del delito de operación con recursos de procedencia ilícita.

Conocida como La Maestra, la Gordillo era por muchos años  la mujer más poderosa de México, podía quitar y poner presidentes. Fue Secretaria General del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tres veces diputada federal y presidenta de ese hemiciclo, así como , senadora de la República.

En realidad, el pleito es añejo, cuando La Maestra, en el 2005, enfrentó al líder del PRI Roberto Madrazo, aliado del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Ella acusó a ambos de confabularse con el gobierno para iniciar las reformas que permitirían las inversiones privadas en energéticos.

Cuando La Maestra se enteró que líderes del PRI realizaban  trámites legales necesarios para expulsarla, apoya un nuevo y pequeño partido llamado la “Nueva Alianza” que hizo alianza con el PAN. Esa combinación contribuyó al que el PRI  – su partido – terminara en tercer lugar en las elecciones del 2006.

Así las cosas,  cuando el PRI llega al poder ahora y decide implementar una reforma en el sistema de educación pública, lo primero que hay que hacer es echar a La Maestra a un lado. Acción que se concluye  con el arresto de ella a finales de febrero, cuando regresaba de un viaje al exterior y entraba por el aeropuerto de Toluca. La hora de cobro de su deslealtad  había llegado.

Esto no es nada nuevo en México y muchos menos en el PRI. Sólo hay que recordar cómo en enero del 1989,  apenas se inauguraba como presidente del país Carlos Salinas de Gortari para el período 1988-1994, ordena el encarcelamiento de Joaquín  Hernández Galicia, presidente del poderoso Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

El pugilato entre Salinas de Gortari y Hernández Galicia era de vieja data también. En efecto, cuando Miguel de la Madrid designó a Salinas de Gortari como su candidato, “La Quina” como se conoce a Hernández Galicia, fue el único político importante que enfrentó esa designación.

La Quina acusó al sistema político mexicano de “haber postulado a un hombre sin carrera política”. Le hizo la campaña presidencial casi imposible a Salinas, de hecho, por poco pierde las elecciones. Así pues, cuando llegó al poder Salinas de Gortari, lo primero que implementó fue descabezar a su detractor La Quina. El otrora hombre poderoso pagó su deslealtad con ocho años de prisión.

Ahora, Peña Nieto gestiona y logra un pacto con los tres partidos mayoritarios con la idea de asumir varias reformas, “Pacto por México” como se conoce, es un plan ambicioso de reformas, entre las cuales se destacan tres, las de educación, energía y  telecomunicaciones.

Enfrentar esta última reforma  no es tarea fácil. El presidente tiene que enfrentar dos gigantes, que son los hombres más ricos de México y, uno de ellos, el más rico del mundo, Carlos Slim, de América Móvil y, el otro,  Emilio Azcárraga, el jefe de Televisa.

Carlos Slim adquiere renombre internacional al comprar  precisamente Telmex (la telefónica de México) de propiedad estatal –  en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari  – al comienzo de la década del noventa del siglo pasado.

Las pérdidas por falta de competencia en telecomunicaciones le cuesta a la economía de México 25 billones de dólares todos los años, según entiende la Organización para la Cooperación  y el Desarrollo Económico (OCDE), organización internacional con sede en París que agrupa 34 países , y que se conoce como “El club de países ricos”.

Aparentemente , Peña Nieto va a instalar un Instituto de telecomunicaciones para implementar penalidades duras para las corporaciones que controlen más del 50% del mercado.

Con respecto a la televisión, se harán reformas para permitir por lo menos dos nuevas cadenas de televisión y, se derogarán las cláusulas en la Constitución del país, donde es imperativo que las compañías extranjeras sólo pueden  controlar determinados por cientos  de las acciones de las empresas.

Enmendar la Constitución  es difícil, por eso, lo del Pacto por México para asegurar la mayoría necesaria en el Congreso. De hecho, el ex presidente Felipe Calderón en el pasada administración  no pudo pasar varias reformas, pues  no controlaba esa proporción en el Congreso.

Para el que monitorea la política mexicana de cerca, el caso de La Maestra, el de La Quina y el de América Móvil  hay un denominador común, la mano invisible de Carlos Salinas de Gortari, pues muchos funcionarios de esa pasada administración  han retornado  a ocupar posiciones relevantes en la administración presente. Así pues, el Salinismo está de vuelta y de moda.

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