Cocalero será zar antidrogas

Cocalero será zar antidrogas

LA PAZ (AFP).- El presidente entrante de Bolivia, Evo Morales, anunció que un cultivador de coca será el nuevo zar antidrogas de Bolivia, en un aparente desafío a Estados Unidos, que ha dominado durante las últimas dos décadas la política antidroga nacional.

“Voy a poner como viceministro de Defensa Social a un cocalero”, disparó Morales, quien dejó en claro en varias oportunidades que no destruirá las plantaciones de coca aunque sí combatirá el narcotráfico. En Bolivia es el viceministro de Defensa Social el encargado de las políticas antidroga.

Morales, que se convertirá el domingo en el primer presidente indígena de Bolivia, no especificó detalles de su decisión que será tomada tras la juramentación del gobierno el lunes venidero.

Aunque el líder cocalero de izquierda amenazó en la campaña electoral con convertirse en “una piedra en el zapato” de Estados Unidos, recientemente se avino a “volcar la página” de las tortuosas relaciones con Washington tras un encuentro con el embajador estadounidense David Greenlee.

El futuro gobernante, que pregona una nueva era de relaciones con Estados Unidos, “sin chantajes ni condicionamientos”, propuso una “lucha efectiva” contra las drogas, términos que seguramente definirán el nivel de las relaciones con ese poder mundial.

Estados Unidos es el principal cooperante boliviano en la lucha contra el narcotráfico, con unos 90 millones de dólares en 2005.

El vocero del departamento de Estado del gobierno estadounidense, Sean McCormack, alentó recientemente que “esa cooperación continúe”.

Nacido sindical y políticamente en la región cocalera del Chapare, Morales propuso hace poco desarrollar una “lucha contra el narcotráfico pero sin ninguna intervención policial ni militar”.

Deploró que “bajo políticas de lucha contra el narcotráfico las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional estén subordinadas a las fuerzas externas uniformadas y armadas”.

Una lucha antidroga pactada no debe constituirse en un “simple control de los movimientos sociales, a los que nos dicen terroristas (sino), que haya respeto a la libertad soberana de nuestros pueblos”, sostuvo.

Morales dijo que “la cocaína, el narcotráfico no es la cultura de quechuas, aymaras, tupiguaraníes”, las principales etnias bolivianas.

Las relaciones entre ambos países quedarán definidas a partir del comportamiento y las políticas antidroga asumidas por el nuevo gobierno.

Morales “hará lo que cree que es correcto para Bolivia y el pueblo boliviano. Realizaremos una evaluación de qué tipo de relación tendrán Estados Unidos y Bolivia en base a la política que él decida seguir”, señaló McCormark.

Consciente de la diferencia de posiciones, el alto funcionario estadounidense admitió que “habrá algunas diferencias de opinión” y formuló votos porque éstas sean resueltas “de una forma transparente y respetuosa”.

El enviado especial a la ceremonia de investidura de Morales, el subsecretario para América Latina, Thomas Shannon, tiene previsto entrevistarse con el nuevo mandatario luego de la transmisión de mando.

“No hay problema con la erradicación. En Chapare, después del acuerdo del cato de coca (1.600 m2 por familia) entre (el ex presidente) Carlos Mesa y las federaciones de cocaleros, se erradicaron 6.000 hectáreas sin ningún muerto”, recordó Morales.

Con ese sistema de destrucción consensuada de cocales actualmente existen sólo 3.500 hectáreas de siembra de la hoja de coca, según las autoridades de la lucha antidroga.

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