BOGOTA (AFP).- Cuatro policías y una mujer murieron este sábado en la ciudad colombiana de Neiva (suroeste) por la explosión de una bomba que dejó otras tres personas heridas, y que según las autoridades la guerrilla de las FARC había colocado ayer para atentar contra la alcaldesa local, Cielo González.

La bomba, compuesta por una barra de dinamita, otra de C4 y una granada de fragmentación, explotó dentro de un vehículo de la Policía luego de haber sido retirada de una alcantarilla donde el jueves fue dejada frente a las oficinas de una emisora radial, indicaron las autoridades.

En la explosión murió el comandante de la policía judicial de Neiva, capitán Carlos Alberto Cardona, así como tres de los hombres bajo su mando y una mujer mayor de 60 años.

La explosión de este sábado, que dejó además destruida la fachada de una vivienda, ocurrió a pocas calles de la residencia de la alcaldesa y muy cerca al lugar donde fue dejado el coche bomba que estalló el jueves.

El director de la Policía Nacional, general Jorge Daniel Castro, explicó en declaraciones a periodistas que el artefacto había sido inicialmente desactivado por los agentes policiales, pero que al parecer contaba con un segundo mecanismo de activación que lo hizo explotar.

El estallido se produjo dentro del vehículo policial cuando el artefacto iba a ser trasladado a otro lugar para su desmantelamiento, y provocó la muerte dentro de los cuatro uniformados y la mujer que al momento de la explosión pasaba por el lugar, precisó Castro.

El general explicó que el artefacto fue colocado el pasado jueves en la alcantarilla como parte del atentando que el grupo guerrillero pretendía dirigir contra la alcaldesa González. El jueves explotó en el mismo sector un coche bomba que dejó ocho personas heridas.

Según las autoridades, el coche bomba fue colocado por la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para atentar contra la alcaldesa.

La explosión incendió, además, varios vehículos y provocó destrozos en las edificaciones vecinas, situadas en una concurrida avenida del centro de Neiva (325 km al suroeste de Bogotá).

La alcaldesa González dijo que las FARC quieren matarla por ser seguidora del presidente Alvaro Uribe, quien tras el estallido del coche bomba viajó a Neiva y ofreció una recompensa de mil millones de pesos (cerca de 500.000 dólares).

González fue elegida en 2003 por las filas del partido Liberal, pero en las últimas elecciones presidenciales anunció su respaldo a la candidatura para la reelección del presidente Uribe y a sus políticas de mano dura contra la guerrilla.

 En el departamento de Huila, cuya capital es Neiva, opera la columna Teófilo Forero, una de las más violentas de las FARC, que es la guerrilla más antigua y poderosa militarmente de las que combaten en el país.

Tras el atentado del jueves se reforzó la seguridad en Neiva, luego de un consejo de seguridad local precedido por el presidente Uribe, quien calificó de «heroína» a la alcaldesa. Gonzáles, que ya ha sido objeto de otros dos atentados contra ella y su familia, mantiene su cargo.

Un nuevo consejo de seguridad se cumple este sábado en Neiva, precedido por el ministro del Interior y Justicia, Carlos Holguín, y su par de Defensa, Juan Manuel Santos, para adoptar nuevas medidas de seguridad.

Estas dos acciones terroristas, se suman a un ataque de las FARC cometido también el pasado jueves contra un convoy militar en zona rural del municipio de Venadillo (150 km al oeste de Bogotá), que dejó un capitán y un sargento muertos, así como cuatro uniformados y una enfermera civil heridos.

El presidente Uribe, desde que inició su primer gobierno en agosto de 2002 puso en marcha una política de seguridad nacional dirigida a combatir frontalmente a los grupos armados ilegales, especialmente las FARC.