Los embutidos son cotidianos en nuestra alimentación y en su mayoría provienen de la carne de cerdo, con abundancia secundaria de la carne bovina, equina, ovina y otros elementos de relleno. El jamón es uno de los más comunes entre los tipos de tocinería, y se consume frito, salado en crudo y seco, de forma natural.
Entre las variedades de jamón está el serrano, uno de los más característicos y valiosos en España, es un producto que define su cultura, ya desde la antigüedad el cerdo y el jamón eran valiosos. Hoy en día es uno de los alimentos más consumidos: se calcula que un español come alrededor de 13 libras al año. Y es que además de su apreciado sabor, es muy saludable y se combina fácilmente con todo tipo de comidas.
El jamón serrano puede elaborarse utilizando distintos métodos, pero el más antiguo consiste en cortar las piezas del cerdo, exprimirlas de modo que la carne pierda su humedad, y salarlas.
Para apreciar y verificar la calidad del jamón serrano debe tener en cuenta varios aspectos. Uno de ellos es que debe ser blando al tacto, por la grasa que contiene, y si es magro, debe haber jugosidad y dureza (no ser excesiva, pero sí la suficiente para aumentar el tiempo de masticación y favorecer la secreción de jugos salivares). También debe considerar su aroma, que ha de ser intenso, agradable, equilibrado y permanecer una vez ingerido el alimento.
En cuanto al gusto, hay diferentes sabores: salado, dulce y amargo, que caracterizan el perfecto estado del jamón serrano.
Consejos
Papas. Las cebollas estropean las papas cuando están en contacto. Sepárelas.
Verduras. No corte con cuchillo la lechuga, ni otras verduras de hoja, pues se oxida y oscurece. Rómpala con las manos.
Mermelada. Para preparar cualquier mermelada, debe añadir la mitad de azúcar que de fruta y ésta debe estar siempre bien madura, pelada y deshuesada.
Jamón. Si tienes jamón demasiado salado, puedes desalarlo poniéndolo en leche durante una hora, y luego en agua fría, dejando que se seque el solo.
Sal. La sal añadida al principio de una preparación hace que el alimento elimine parte de su jugo, puede que le convenga para guisar una verdura o puede que no le convenga hacerlo en la carne. Téngalo siempre en cuenta.
Pollo. La mayor parte de grasa del pollo está en la piel, que con la cocción, penetra en su interior. Elimine la piel y evitará su grasa saturada.
Recetas
Pechuga de pollo rellena con jamón serrano y queso
3 pechugas de pollo abiertas en forma de libro, 1/2 libra de jamón serrano, 1/2 libra de queso en lonjas, 1 huevo batido, 2 tazas de aceite de oliva y 1 taza de pan rallado.
Preparación. Abra la pechuga de pollo por la mitad, póngale una lonja de queso, el jamón serrano y otra lonja de queso, el jamón en medio de los dos quesos. Cierre las pechugas con palillos de dientes (quítelos luego de freír). Por último, pase por el batidor y el pan rallado y vaya friendo en abundante aceite bien caliente, acompáñelas con papas fritas.
Jamón, pan y tomate
1/2 libra de jamón serrano en lonjas
2 panes rebanados en lonjas gruesas
2 tomates maduros
2 dientes de ajo fresco
1/2 taza de aceite de oliva
Preparación. Parta el jamón serrano en lonjas cortas y finas. Tostar las rebanadas de pan ligeramente. Restriegue el pan con un poco de ajo y tomate y rocíe por encima con aceite de oliva. Disponga el jamón serrano sobre las rebanadas de pan.