Cocinas tan distintas como la japonesa, la italiana y la mexicana tienen algo en común: todas rinden honor a los calamares. Y es que esta especie marina es muy apreciada en todo el mundo.
Se pueden consumir fritos, a la plancha, guisados, cocidos, al vapor, salteados o en sopas.
Además, aceptan bien el ajo, la cebolla, el tomate, el pimiento y el aceite de oliva.
Su cuerpo en forma de pequeña bolsa o saquito, los convierte en un alimento muy apropiado para rellenar. Mas, si son cocinados fritos o a la plancha es mejor consumirlos al momento, ya que si no quedan secos y blandos.
Manipulación. La higiene es esencial al preparar platos con calamares. Su limpieza comienza por el lavado de la bolsa, teniendo especial cuidado al retirar la bolsa de tinta, para usarla posteriormente en la salsa. Para su cocción se recomienda hacerlo hasta que su carne presente una textura al dente.
Recetas
Calamares rellenos al vino
2 libras de calamares tamaño pequeño.
3.5 onzas de jamón serrano
2 manzanas ácidas y 3 tomates maduros
Perejil, almendras y 2 cebollas medianas
4 dientes de ajo y perejil fresco
6 cucharas de aceite de oliva
Sal, pimienta y curry
Vino blanco
Preparación: Limpie los calamares. Pique las aletas y las patas. Corte el jamón y ralle las manzanas. Pique la cebolla y dos dientes de ajo. Ponga 2 cucharadas del aceite en una sartén y dore ligeramente el ajo. Añada el jamón y después el calamar picado. Una vez que se haya sofrito, añada la cebolla, la manzana, las almendras y el vino. Cuando la cebolla esté tierna, escúrralo todo en el colador y reserve el caldo que suelte. Cuando el picadillo esté seco, rellene los calamares con él. Cocine a fuego lento durante 30 minutos.
Calamares fritos
8 calamares pequeños y limpios
1/2 litro de leche
Harina de trigo
2 huevos batidos
2 dientes de ajo picados finamente
2 tazas de cáscara de limón rallada
1 taza de pan rallado
Aceite para freír
Preparación: Corte los calamares en rodajas finas y déjelos 2 horas en leche tibia, para que se pongan tiernos. Luego, lávelos, séquelos y rebócelos con harina de trigo. Prepare una mezcla con huevo, ajo y ralladura de limón y pase por ella los calamares enharinados y, por último, rebócelos con el pan rallado, sacudiéndolos para eliminar el pan sobrante. En la sartén, caliente el aceite y fría los calamares durante un minuto o hasta que se doren un poco. Retírelos, con la espumadera y escúrralos en un plato hondo sobre papel de absorbente.
Qué tomar
Licor de banana
1/2 libra de azúcar
1/2 litro de agua
1/2 litro de alcohol
6 guineos y esencia de vainilla
Preparación: Pele las bananas y córtelas en rodajas. Coloque en un frasco junto con el alcohol, el agua y el azúcar. Deje reposar por 10 días. Filtre y agregue la vanilla. Embotelle por un mes.
Estudio revela que comer calamares reduce el riesgo de padecer ceguera
Los calamares contienen taurina, que es un aminoácido que se encuentra en los moluscos, pero sobre todo en los calamares, y es muy beneficioso para la salud. La taurina ayuda a combatir el deterioro de la vista y mejora la visibilidad nocturna. Además, este aminoácido estimula las secreciones de insulina y controla el contenido de azúcar en la sangre, combatiendo de este modo la diabetes.
Los calamares son ricos en proteínas, minerales y vitaminas
Los calamares son ricos en proteínas de alto valor biológico y en minerales como el sodio y fósforo.
Además, contienen pequeñas cantidades de vitaminas B3, B12, A y E.
Sin embargo, el consumo de calamares no es recomendable en personas que padezcan de colesterol alto e hipertensión arterial.
Respecto a su aporte energético, es muy bajo y apenas tiene hidratos de carbono.
Consejos
Las verduras.
Siempre es mejor conservar sus hierbas y especias dentro de recipientes de vidrio opaco o cerámica, con tapa hermética, en lugares frescos, secos y oscuros. De este modo, podrá contar con su sabor inigualable por mucho más tiempo.
El pescado.
No cocine el pescado a altas temperaturas, pues destruye sus nutrientes. Cocínelo al horno o al vapor salpimentado y espolvoreado con condimento para pescado.
Las berenjenas.
No las pele antes de cocinarlas pues se oxidan y toman sabor amargo. Cocínelas al horno, luego quítele la piel y sírvalas con aceite y vinagre.
Al cocinar huevos.
Hágales un agujero diminuto con la punta de un alfiler para que no revienten.