Hoy 
La delegación gerencial del Banco Español de Crédito fue agasajada por la Oficina de Representación de la entidad financiera en el país
POR INGRIS LEYBA
En un ambiente de cordialidad y franca camaradería fue recibida la alta directiva del Banco Español de Crédito (Banesto), en su visita de cortesía al país, en el marco de un coctel ofrecido por su oficina de representación en Santo Domingo, en el que los asistentes compartieron momentos muy gratos, como un claro testimonio de las relaciones comerciales y de amistad que une a ambas naciones.
La delegación española está compuesta por los directores generales de Banesto; Fernando Romero Aznar, Ángel Ordóñez y Pedro Larenas, quienes fueron recibidos por Adolfo Álvarez, director de la Oficina de Representación en el país.
Después de las palabras de bienvenidas, Fernando Romero Aznar ofreció un breve discurso en el que manifestó que Banesto ha estado presente en el mercado local desde la llegada de los primeros inmigrantes españoles al país. El 2007 es un año muy especial para nosotros debido al importante despliegue de la empresa por todo Latinoamérica, del que obviamente República Dominicana forma parte.
Agradeció a la clientela la confianza en la entidad y en el equipo que la maneja en los diferentes países en el que tiene presencia.
Dentro de las personalidades presentes en la animada velada se encontraban María Almudena Masarraza Alvear, embajadora de España en el país; Luis Ruiz, consejero comercial; Antonio Hernández, cónsul, así como Mario García Álvarez, ex presidente de la Cámara de Comercio Española; Manuel García Arévalo, actual presidente de esa entidad y Segundo Rodríguez, presidente de Casa España. Asistieron también los empresarios Román Ramos, José Luis Corripio Estrada e invitados especiales.
La cita fue en el salón Embajador del hotel Occidental El Embajador, imbuida esa noche de todo el esplendor de los grandes encuentros empresariales, incluidos paramentos, como los exuberantes centros colocados en las mesas de apoyo, confeccionado en rosas blancas y rojas, sobre una mantelería en tonalidad beige.
Así, en medio de un marco pleno de amenas conversaciones y buen gusto, los invitados se entregaron por varias horas al placer de compartir.
