COCTELERA

COCTELERA

Mi muy querido Magino,  tengo para decirle que nuestro valioso desfacedor de entuertos, monseñor Agripino Núñez Collado, es el presidente del comité organizador de la vigésimonovena vuelta de ciclismo Independencia Nacional. El distinguido prelado es un sello de garantía para el éxito de la acreditada prueba del aro y del pedal.

Y a los que suelen buscar a don Agripino para que medie en conflictos, le aconsejamos que se estén tranquilos un tiempecito, pues en las oficinas del dinámico educador tienen instrucciones precisas de señalar a todos aquellos que pregunten por él, que «monseñor cogió la bicicleta y no regresa hasta el 16 de mayo próximo, en horas de la noche»… El pleno  de la Junta Central Electoral (JCE) decidió que la campaña proselitista se inicie el venidero 16 de enero. Hay que esperar, por tanto, que tengamos una muy buena temporada con miras a las elecciones presidenciales. Se me ocurre querido Magino, una de esas ideas tontas que patentizó nuestro inolvidable Rafael Herrera. ¿Por qué no hacen la proclama en una forma atractiva y novedosa? Se puede escoger por sorteo a un miembro de la JCE, que recorrería la ciudad montado a caballo. En esquinas previamente señaladas, el miembro de la JCE daría lectura a la proclama que deja abiertas las puertas de la campaña electoral. En el interior del país, el asunto quedaría en manos de los presidentes de juntas municipales. No sería la primera vez que una proclama fuera tratada de esa forma. Los más viejitos recordamos al doctor Luis Emilio Jourdain Heredia, montado en un bello ejemplar equino, dando lectura a las proclamas previas a los festejos del 27 de febrero y del 16 de agosto. Se puede afirmar que las proclamas siempre decían lo mismo, ya que estaban dedicadas a cantar loas al férreo gobernante que era débil por esas cosas… Magino,  el 11 de enero de 1948 fue un domingo lluvioso en la capital dominicana. Recuerdo que a la una de la tarde de ese día, un grupo de «adolescentes» nos dimos cita en una pulpería ubicada en Las Carreras esquina Beller, propiedad de un dominicano atronado, de apodo «El Cubano». El propietario gustaba del béisbol y sintonizaba RHC Cadena Azul, con las narraciones del extraordinario Manolo de la Reguera y los comentarios de Sergio Varona. Si la sintonía era muy defectuosa, «El Cubano» buscaba Radio Salas, donde narraba un auténtico maestro del béisbol, Rafael Rubí. Con ese Rafael Rubí aprendí mucho béisbol cuando me cupo el honor de ser su comentarista unos pocos años después. El día domingo, Cuba presentaba doble juego y trataba de que Habana y Almendares se midieran en el segundo partido, como ocurrió ese 11 de enero. Alrededor de las siete de la noche concluyó el béisbol cubano. Permanecimos a las puertas de la pulpería y ya a las ocho de la noche comenzaron a circular los rumores de que el avión que transportaba el equipo de béisbol Santiago, había sufrido un accidente. Teníamos pocos medios informativos y fue en la mañana del día siguiente cuando conseguimos detalles de la tragedia que nos llevaba verdaderos ases. Solo el receptor Enrique Lantigua permaneció con vida, pues no quiso abordar el avión en Barahona y dijo que haría el viaje en auto. De la tragedia de Río Verde se cumplen hoy sesenta años. Recordamos con cariño a los ases beisboleros que nos dejaron… A Euclides  Gutiérrez Félix parece que será difícil verlo con saco y corbata en los actos oficiales. Pero de que el locuaz morenito es una estrella para sacarle rendimiento a los recursos que maneja, ni modo, los pone a producir que es un gusto. El pasado miércoles, y con la asistencia del jefe del Estado, fueron inauguradas una escuela y una clínica rural, con un costo de veintidós millones de pesos. Ambas obras constituyeron «donaciones al Estado» hechas por la Superintendencia de Seguros, bajo el mando del doctor Gutiérrez Félix. Y los veintidós millones se fueron acumulando con los ahorros internos en la actual administración. Mire, Maginito, a Euclides se le pueden endilgar más epítetos que el carajo. Pero nunca le podrán decir ladrón… El Barrio Chino  podrían terminarlo en marzo próximo, si el gobierno suelta el dinerito que falta, tal y como se comprometió. Ya veremos, amigo Magino, cuando marzo llegue.

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