Coctelera

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Saludos, don Maginito. Leemos en El Nacional un titular que reza así: «Dan a luz 453 menores en dos meses». ¡Vergüenza debía producirnos el hecho de que hasta menores alumbran más que las Jode! Y a propósito de las Jode y las generadoras, el secretario de Finanzas, Rafael Calderón, negó que el gobierno deba dinero a los productores de energía. Asegura, por otra parte, que generadoras no concilian sus cuentas con la CDEEE, con una sola excepción y tilda de «políticos» los líos que se provocan con la paralización de las plantas. Este asuntito energético siempre por la misma ruta: apagones por paquetes y facturas que cada día suben más para reventar a los supuestos usuarios….¡Cuánto me apena, mi querido Magino, la muerte de mi viejo amigo Olmedo Suárez! «El Chelito», como le apodaba el entrañable Félix Acosta Núñez, hizo época como intermedista en el béisbol dominicano, en una etapa más bien romántica. Siempre le consideré un excelente jugador promedio, con manos de oro y brazo muy aceptable aunque con ciertas debilidades en el pívote. Bateador discreto, aún cuando logró una campaña sorpresiva en que fue el segundo mejor bateador de la Liga, con el Licey de toda su carrera. Pero el Olmedo Suárez que más recuerdo es al caballero a tiempo completo. Educado, fino en su trato con todo el mundo, de un temperamento apacible, excelente compañero en el dogaut y siempre abierto a la crónica deportiva. Su hermano Fiquito murió hace algunos años. Fiquito fue un «all around» que militó con varios clubes profesionales. Otro de los hermanos Suárez, Marino, fue jugador de aficionados. ¡Qué Dios reciba con júbilo un alma noble, la del inmortal del deporte dominicano Olmedo Suárez!….

Libros del fenecido líder político doctor José Francisco Peña Gómez son mostrados en la Feria Internacional del Libro que se inauguró anteanoche en esta ciudad, dedicada a la memoria del inmenso Pablo Neruda. Nada menos que el presidente Hipólito Mejía se encontraba entre los asistentes. ¿Qué me recuerda la presencia del doctor Peña Gómez en esta Feria, donde sus obras se muestran con el respeto de todos? Pues, sencillamente, que si hubo alguien que fue calumniado, ultrajado, maltratado en vida, ese fue Peña Gómez, a quien depredadores de reputaciones le quisieron discutir la cuna y la tumba. Cierto es que a Peña Gómez le cerraron el camino hacia el poder y cuando pudo convertirse en jefe del Estado, se encontró con el ukase dictador por Joaquín Balaguer, quien otorgó el triunfo a sus rivales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). A Peña Gómez le tildaron de haitiano, le querían negar los derechos de la ciudadanía, le vincularon al narcotráfico internacional, le acusaron de `brujo`, pusieron en dudas su capacidad para administrar recursos, vejaron la memoria de sus padres, le falsificaron cédulas, le calificaron de «degenerado», le culparon de pretender unificar la República Dominicana con Haití. En fin, Peña Gómez fue objeto de toda clase de calumnias, de difamaciones. Se aprovecharon de su debilidad cuando le llamaban haitiano. Más tarde o más temprano, sin embargo, hasta sus detractores se dieron cuenta del abuso que cometían contra este sin igual líder político, que cuando su partido llegó al mando no solo evitó tomar venganzas, retaliaciones, sino que fue objeto de malos tratos hasta por aquellos a quienes había llevado al mando. Peña Gómez murió joven, muy joven. Fue una pérdida muy lamentable para esta sociedad política tan carente de liderazgo, tan despiadada, tan inescrupulosa cuando de lograr fines determinados se trata. Con Peña Gómez vivo, mi querido Magino, muchas cosas no hubieran sucedido. Y estoy seguro que él, jamás, hubiera tolerado que su gente usara, contra sus enemigos o adversarios, calumnias como las que tanto se emplearon en su contra y que tanto dolor le causaron….

Muy bien hizo el presidente del PRD, Vicente Sánchez Baret, al desautorizar al delegado de ese partido ante la JCE, quien formuló una denuncia tremendista que podría causar muchos temores. De todos modos, cualquiera se pregunta como estas cosas puedan pasar, que el delegado de un partido, sin la autorización de la cúpula del mismo, formule denuncias que causan tanta preocupación. Suerte que los jueces no se han dejado intimidar. Y aquí repetimos: que la seguridad de la JCE la tome la propia JCE, que no se le imponga desde afuerita. Que sea la JCE la que diga que debe hacerse y lo diga, entonces, a los encargados de mantener el orden. Jamás a la inversa. Por si acaso.

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