Coctelera

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Maginito, ¡qué contentos están los sindicalistas-empresarios y los empresarios-sindicalistas del sector transporte! Seguirá el subsidio al gas propano que usan los vehículos de motor, junto al que emplean las amas de casas y las casas que tienen amas. Don Ramón Pérez Figuereo es más inteligente cuando asegura que la decisión oficial de mantener el subsidio fue inteligente.

Pero don Antonio Marte, uno de los propietarios del país, se mostró nueva vez agresivo cuando dijo que mantener el subsidio al gas para el transporte garantiza la gobernabilidad. Mire, Maginito, si este gobierno, o cualquier otro, le coge miedo a Marte cuando habla de eso, lo mejor que haría es dejar esa vaina de gobernar y preparar sus bártulos para viajar a Miami o a casa del carajo. Pero, al parecer, el trauma que sufrió el doctor Balaguer en 1961 con la huelga de choferes y las que, a contar de 1966 le organizó Unachosin, continúa con Marte y su tropa, la cual, las malas lenguas lo dicen, aspira un impuesto único para los vehículos que traen, trajeron o traerán de Vietnam. ¿Sabe usted lo que es un impuesto único? Pues nada menos que una violación arbitraria a la ley, con el Poder Ejecutivo fijando, digamos, que se paguen cien pesos por cada auto importado, algo de lo que no disfrutan los importadores tradicionales que se fajan con todas las cargas impositivas, que no son pocas…

Por demás, viejo verde, el hecho de que se anunciara que el presidente Leonel Fernández comunicaría la decisión gubernamental en cuanto al subsidio al gas propano se refiere, vendió todas las señas, y eso lo sabían los choferes que, a través de sus “líderes” amenazaban y amenazaban. Si la decisión hubiera sido la de quitar el subsidio, ni modo, el anuncio hubiera sido hecho por el secretario de Industria o cualquier otro amigo o por una simple nota de prensa. Pero como era la de mantener la jugada, ni modo, el crédito era para el mandatario. Eso estuvo bien. Mantener el subsidio, políticamente, es una decisión correcta. Por cierto, viejito sinvergüenza y charlatán, ¿Será verdad que  existe una disposición legal desde los días del gobierno perredeísta del doctor Salvador Jorge Blanco, que prohíbe la instalación de tanques para gas propano en los vehículos de motor? Se alega que esa disposición nunca se aplicó pero que se tiene entendido que tampoco ha sido derogada, a menos que sea por “el uso y la costumbre”, lo cual, en este país, significa “mal uso y mala costumbre”…

Magino, nada de malo le vemos a eso de que cuando un rico empresario o cualquier otro no tan rico solicita un préstamo a un banco comercial, tenga que depositar un estado de cuentas que pruebe su capacidad de pago. Eso es hasta lógico y debería ser una garantía para el banco prestatario, sobre todo que el estado que le muestren para buscar el crédito coincida con el depósito en Impuestos Internos. Esa es la única manera, entre otras cosas, de conocer los motivos reales por los cuales empresas que declaran pérdidas, año tras año, son sujetos de créditos bancarios. Y se tiene entendido que la filantropía no ha llegado a la banca…

Maginito se lee por ahí que el carajete de Michael Jackson afirma que jamás dormirá con niños. ¿Qué pasó ahí? ¿Ya los niños crecieron? Por cierto, viejo verde, una pregunta tonta: ¿Dónde se encontraban los padres o tutores de los menores cuando el inadaptado de Jackson los llevaba a la cama? Mire, buen charlatán de aldea, por más descargos que lo beneficien, por más negativas de sus abogados, o lo que sea, Michael Jackson da la impresión de ser un tipo a lo Perico Espasa, aquel famoso director de periódico de obras humorísticas de don Enrique Jardiel Poncela, a quien gustaba más un hombre que una pechuga de pollo. ¡Zafa de cundangos! …

¡Cuánta gente perversa! Abusadores llegaron a decir que el gobierno nunca se interesó por la salud del inmortal Félix Acosta Núñez, cuyos restos fueron sepultados en la tarde de ayer. Esa es una verdadera infamia. Cuando Félix falleció el martes en la tarde, desde la Secretaría de Deportes se llamó a la clínica Santo Domingo, donde se encontraba interno, y se pidió a la administración del centro que no se pasara factura alguna a la familia del inolvidable periodista y amigo, que todos los gastos serían cubiertos por el gobierno. Eso me lo informó, en la noche del mismo martes, una alta ejecutiva de la clínica, que conocía los nexos que me unían a Félix. Cuando Félix fue internado, el secretario Jay Payano conversó con una hija de éste y le ofreció todo el concurso oficial que fuera necesario. El gobierno jamás dejó de pasar a Félix la pensión que, por ley, se le otorga por su condición de inmortal del deporte dominicano. ¿Qué más se podía hacer en ese campo? Y no olvidemos, de pasada, que el inolvidable compañero ido, hizo una muy larga y exitosa carrera en el sector privado, nunca en el público. El que quiera entender, que entienda.

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