Coctelera

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¿Qué ocurre, realmente, con el denominado “complejo problema energético” de la República Dominicana? ¿Cómo es posible que otras naciones resuelvan sus dificultades en ese campo y República Dominicana, por el contrario, cada día agrava más el suyo? A la hora de “privatizar” el sistema energético dominicano, se habló de lo rentable que sería el negocio para todo el mundo, especialmente para el Estado y el usuario. Puede que la rentabilidad se limitara a determinadas áreas y esto así, porque no se entiende que en un negocio que arroje pérdidas exista tanto amor por retener el mismo?… 

Mire, Maginito querido, después de observar tantas y tantas vainitas energéticas, durante años y años, he llegado a una penosa conclusión: el Gobierno, todos los que hemos tenido por aquí, ha sido incapaz de resolver el problema energético, por distintas causas, pero hay algo más y más peligroso todavía y es que ese mismo gobierno tiene un miedo enorme de decirle la verdad de cuanto pasa al pueblo que le designó para administrar su destino. Eso se hace más evidente con el paso de los días… Por ejemplo, leo que un alto funcionario del Estado afirma que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial son los responsables del aumento del déficit monetario con el que opera el sistema energético, debido a que el organismo oficial estimó —para el año— un precio promedio de 45 dólares para el barril de fuel-oil, pero tanto el FMI como el Banco Mundial señalaron que ese precio sería de 38 dólares. El precio promedio real ha sido de 48 dólares. Uno se pregunta, sin embargo, ¿por qué la decisión, en esta materia, es tomada por dos organismos internacionales en detrimento del estimado dominicano? Se podría pensar, con sobrada razón, que culpa no es del FMI ni del Banco Mundial, sino del borreguismo gubernamental. ¿Era obligatorio aceptar la posición extranjera? Pues entonces, Maginito, lo deseable hubiera sido que el Gobierno, en forma responsable, se dirigiera al pueblo, a todo el pueblo, explicándole, con lujo de detalles, cuánto ocurría y a cuáles riesgos se expondría si descartaba las órdenes encubiertas de los policías monetarios del imperialismo…  Pero no, es más sencillo seguir las indicaciones foráneas y gritar cuando la herida se hace más profunda y da más brega curarla. El miedo a decirle al pueblo la verdad de cuanto acontece es preferible a los “riesgos políticos” que podrían crearse. Por eso, es más aconsejable que distintos funcionarios, cada uno por su parte, digan sus mentiras disfrazadas con medias verdades, para responsabilizar del problema energético a un sector determinado, cuando en realidad, culpables somos todos, por irresponsables y temerosos…  Es sabido que, por lógica natural, tiene que existir una tremenda lucha de intereses en el mercado eléctrico. El Gobierno, en distintas ocasiones, ha hecho los negocios de capar perros y ha permitido el establecimiento de explotadores de los cuales no sabe ahora cómo salir, pues el dinero que tendría que soltar, por debajo y por encima de la mesa, se tragaría cualquier presupuesto. Ha contratado negocios con empresas nacionales y extranjeras, algunas de las cuales tienen las características de puras estafas avaladas por una gran vía monárquica que cruza valles y montañas hasta llegar a una pista a la que se acude vestido de chaqué, con todo y bombín, a presenciar jornadas protagonizadas por nobles brutos propiedad de brutos no tan nobles…  Los dominicanos son engañados, continua y constantemente, con un pésimo servicio de energía y más se les engaña cuando se les dice que las dificultades se vencerán en dos años, en tres años, cuando, en realidad, a nivel de pueblo se ignora cuál puede ser el programa a desarrollar para la consecución de los fines proclamados. Preferible es mantener entretenidos a los usuarios y nunca explicarles cuanto ocurre en verdad. Es mejor soltarle a funcionarios a los cuales no se les aprieta el pecho a la hora de hacer cuentos chinos. ¿Qué el precio del petróleo baja en los mercados? Aparece quien le diga a los ingenuos por cuáles motivos no puede descender la tarifa. Cuando los precios suben, nada hay que hablar de ese tema. Se denuncia que los responsables de los apagones son las generadoras, pero nadie se enfrenta a dichas generadoras, dado que se les considera culpables. Las generadoras, de la noche a la mañana, descubren que los apagones se deben, en parte, a la “debilidad” de las líneas de transmisión de la CDEEE, ahora con más problemas que cuando sus siglas sólo tenían una E. A fin de cuentas, llegará un día en que el gobierno se amarre los pantalones y en una histórica declaración diga, con pelos y señales, todo cuanto ocurre en el campo energético, quienes son los mayores responsables de la permanente crisis, en que vivimos, con sus nombres y apellidos, con sus nacionalidades y protectores. Nadie se muere la víspera y no lo duda usted, mi querido Magino, mientas el problema energético esté sin solución, no es pa’lante que vamos.

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