Coctelera

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Maginito, ¡nos salvamos! La Organización de los Estados Americanos (OEA) está preocupada por cuanto acontece en Ecuador. ¡Bravo! La preocupación ocana salva la democracia. Esa preocupación devolverá al antiguo guardia popular Lucio Gutiérrez al poder y enviará al «banco» a los gorilas militares y civiles que consumaron el golpe de Estado revestido de «constitucionalidad» que eleva a la primera magistratura a un vicepresidente que no supo hundirse, como segundo de a bordo, cuando le cantaron bingo a su capitán. Pero no importa, viejo charlatán, la OEA está preocupada y eso lo salva todo…

¿Cómo es la vaina, Magino? Los dimes y diretes alrededor de la construcción del gigantesco centro hospitalario en Santiago están a la orden del día. El asesor médico del Poder Ejecutivo dice que el presidente Leonel Fernández aún no ha decidido si el Estado invierte 25 millones de dólares en la obra, mientras los médicos que serán socios y laborarán en la instalación felicitan y agradecen al jefe del Estado por su decisión de poner los «chelitos» gubernamentales allí. ¿En qué quedamos? ¿A quién le creemos?…

Leo en El Nacional, mi amigo Magino, una declaración que se le atribuye al doctor Waldo Suero, presidente del gremio médico dominicano, de quien se dice que afirma que un profesional de la medicina, en su consultorio privado, cobra «hasta» quinientos pesos por consulta mientras que los que están al servicio del Estado se le pagan unos veinte tutuluses. Mire, Maginito ¿Que en el servicio privado se cobran «hasta» quinientos pesos por consulta? O el doctor Waldo Suero tiene una salud de hierro y jamás ha consultado a un colega que cobre, o se hace el pendejo. Ojalá fueran quinientos pesos los que hay que pagar a los médicos «privados de buena reputación. Y conste, no es que se crea excesivo el cobro o cosa parecida

Como también se admite que a los médicos al servicio del Estado se les paga tan mal que cualquiera grita…

¿Que los haitianos que laboran en el país envían dinero a sus parientes y allegados en Haití? ¿Y qué? Eso está más bien hecho que el carajo. Si ganan una boronita aquí es muy justo que la compartan con quienes necesitan ayuda en el cada vez más empobrecido Haití. ¿Acaso no recibe este país una muy sustancial ayuda en monedas duras, enviadas por los criollitos que laboran en los Estados Unidos, en Venezuela, en Puerto Rico y en otras partes del mundo?…

Maginito, una querida colega me dice que al también querido compañero de labores Papi Alvarez Castellanos le han ofrecido comprarle una vaca llamada Hortensia, para trasladarla fuera del país y proclamarla, en Nueva Delhi, como «vaca sagrada». Pero dudo que don Papi acepte esa oferta, pues muy apegado está a su pardo-suiza así como al reto de su ganadería en su reducto del Santo Cerro…

Mi querido Magino, entonces tenemos que en el Mercado Nuevo la unidad de huevos se vende a dos pesuanitos. Eso no debe gustar a Hipólito, quien una vez dijo que él no pondría un huevo por cuatro pesos. Amén…

¡Fuego a la lata contra el contrabando y los contrabandistas! ¡Tolete contra esos bandoleros de películas mexicanas! Eso sí, Maginito, a reconocerles sus méritos en cuanto a la baja de los precios en el mercado. Y por eso, a insistir en que se consagre el Día del Contrabandista y se instituya la Orden del Contrabando. Ambas cosas se pueden hacer sin detrimento de la ética, la moral y las buenas costumbres, las tres muy desacreditadas por cierto por la democracia representativa que conocemos…

¿Elecciones en Haití? ¿Para qué? ¿Para acabar de fuñir al pendejazo de Tití Aristide? ¿Para qué el imperio trate de engañar, aún más, a los incautos? Mientras tanto, don Aristide, desde casa del carajo, imita a Tito Guizar en sus buenos tiempos y canta: «Qué lejos estoy del cielo donde he nacido/que inmensa nostalgia invade mi pensamiento/y ahora que estoy tan solo y triste cual hoja al viento/quisiera llorar, quisiera morir, de sentimiento/…

Unos trabajitos que se consideran necesarios en la Junta Central Electoral requieren veinticinco millones de dólares que serían garantizados por el super atento Banco de Importación y Exportación (Eximbak) de los Estados Unidos. ¡Carajo, Magino, más cuartos prestados! Por ese camino sí que nos jodimos de verdad.

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