Coctelera

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Querido Magino, ahora cualquiera se da cuenta de por cuáles motivos los panaderos, al acercarse las Navidades, suelen decir que no harán teleras a menos que se les concedan determinadas «reivindicaciones». Y es que aquí, sin duda alguna, hay cosas, cositas, cosotas y cosuanitas, que al colgar dan la impresión de que se trata de bolas para adornos de los arbolitos caseros y lumínicos que usted pone en su casa en diciembre de cada año, para que las Jode le aumenten la factura como a ellos les viene en ganas…

Tenemos ahora que el jefe policial, mayor general Manuel Pérez Sánchez se presenta a una corte y testifica que oficiales activos y retirados que usaron vehículos robados y recuperados por la Policía, y que les fueron asignados por el cuerpo en vez de devolverlos a sus dueños no incurrieron en falta penal alguna. Admitamos en última instancia que eso es así, pero resaltemos que el general Pérez Sánchez manifestó que usar vehículos robados a particulares y recuperados pero nunca devueltos a sus legítimos propietarios era una «práctica normal, legal y consuetudinaria» en la denominada «institución del orden». Mire, viejito sinvergüenza y cubero, se puede aceptar y se acepta que la práctica por la cual se procesa a 59 oficiales activos y retirados era «normal y consuetudinaria», pero, ¡carajo! si es legal, bote todos sus libros de Derecho. Desde luego, importa destacar que la ciudadanía espera que esa práctica haya sido descontinuada para siempre y que también se establezca la diferencia entre lo que es un vehículo robado y recuperado y un vehículo incautado oficialmente por falta del pago de impuestos u otras causas señaladas por la ley. De todos modos, Maginito, vale decir que, para muchos de sus ex compañeros y compañeras, ya el general Pérez Sánchez ha vuelto a ser muchacho bueno, por la demostración de espíritu «de corps» que acaba de ofrecer. Por eso lo premiaron con una ovación como si hubiera conectado el hit decisivo en la serie mundial. Y finalmente Magino, no pase por alto que el general Pérez Sánchez negó haber usado un vehículo robado y luego recuperado «ni de manera personal ni de manera institucional». De inmediato expuso: «Jamás caería en la deslealtad y desconsideración hacia los ciudadanos a quienes sirvo, al usufructuar una propiedad que no me corresponde»…

La presidenta del CONEP, la querida amiga Elena Viyella de Paliza le ripostó al presidente Leonel Fernández diciéndole que los empresarios no quieren privilegios. Pero ese mismo día, al comparecer al almuerzo del Grupo Corripio de Comunicación Social, el secretario de Finanzas, Vicente Bengoa, declaró que en conversaciones vinculadas con la reforma fiscal, hay empresarios tirando para su banda y sugiriendo «distorsiones» en relación con el cobro de la comisión cambiaria…

Por cierto, viejito vagabundón, el secretario Bengoa dijo que el recargo cambiario produce 21,000 millones de pesos al Estado y que esa carga tiene que ser desmontada «gradualmente», pues así lo exigen convenios internacionales. Cuando Bengoa hablaba con los periodistas del Grupo Corripio, el embajador de los Estados Unidos, señor Hans Hertel, se refería a la necesidad de enfrentar la famosa comisión cambiaria ante los compromisos contraídos con la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Tratado de Libre Comercio suscrito por el país con Estados Unidos y América Central. Veremos en qué para este asunto, pues algo es cierto: hay que desmontar el 13 por ciento ese de la comisión cambiaria, pero ¿cuáles cargas producirán los 21,000 millones? Ojalá no se le ocurra una expansión del ITEBIS que toca a los de por sí explosivos precios de los medicamentos y de determinados alimentos…

Caro Magino, lleguen nuestras congratulaciones al querido amigo y profesor universitario Jesús de la Rosa, un apreciado columnista de HOY. El profesor de la Rosa acaba de ganar el premio nacional de historia José Gabriel García, en la modalidad de testimonio, por su trabajo «La guerra de abril de 1965. Siete días de guerra civil». Al estallar la conflagración bélica de ese año, el profesor de la Rosa era oficial de la Marina de Guerra y fue un participante activo en el sector constitucionalista que propugnaba por el retorno de Juan Bosch al poder. Esa lucha se convirtió luego en guerra patria, después que se produjo la intervención militar norteamericana.

¡Abrazos para Jesucito!

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