Coctelera

Coctelera

El gobierno como institución, mi querido Magino, siempre buscará la forma de apretar clavijas a la prensa que actúa con sentido crítico y total independencia de las directrices oficiales. Ese no es ningún nuevo descubrimiento. El gobierno jamás ve con buenos ojos, como dice el popular refrán, a la prensa que no les es dócil y, por tanto, aplica la misma línea a los periodistas que sirven a esa prensa y a los cuales no ha podido ni puede adocenar. Para evitar malas interpretaciones, y con permiso suyo, uso el término prensa para generalizar, pero incluya, por favor, en la denominación, a los medios electrónicos de comunicación social…

No sería justo de mi parte decirle, mi querido Magino, que el gobierno actual, el del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el mando desde el 16 de agosto del 2004, es un gobierno que atenta contra la denominada libertad de prensa en sentido general y en contra de la libertad de expresión en particular. Eso no significa, sin embargo, que el gobierno está abierto, de manera permanente, para ser cuestionado por los periodistas. Por el contrario, es bien difícil lograrlo…

Mire, viejo Magino, no quiero que surjan ronchas, ni cosas que se parezcan, en la hipersensible epidermis de muchos funcionarios del actual régimen. Ni tampoco deseo que asuntos del pasado se tomen a manera de parámetros para juzgar los actuales. Pero hay que referirse a la historia, hurgan en ella, para evitar la repetición de acontecimientos. Es bien sabido que el Partido de la Liberación Dominicana, desde su fundación, anunció que sería otra cosa. Nadie discurre los méritos de su fundador, el profesor Juan Bosch. Vale recordar, sin embargo, que el propio Bosch era difícil de tratar por los periodistas, en todos los niveles. El Coctelero mantuvo siempre cordiales relaciones con el profesor Bosch, quien me visitaba muy a menudo, y no pecaría de exagerado si dijera que fui el único director de diario que en algún momento no se peleó con el líder político. No se puede negar que muchos dirigentes peledeístas siempre constituyeron un coto cerrado para la prensa y entendían que los asuntos internos del peledeísmo no tenían por que ser objeto del escrutinio público. Siguieron ese patrón de conducta desde el gobierno de 1996 al 2000…

Hoy, con el PLD convertido en partido de masas, no simplemente de cuadros, ese criterio se mantiene en dirigentes del oficialismo y aún cuando no se han dado choques frontales, sí la suspicacias obligas, si se quiere usar ese término, a mantenerse más vigilantes de la cuenta en cuanto a las relaciones PLD-Partido-Prensa. ¿Quiere usted algunas señitas, mi querido Magino? Pues aquí les van…En primer término, es visible el silencio de la mayoría de los funcionarios. No es fácil hacerlos hablar cuando se les localiza. Y siempre se corre el riego, ante reacciones a sus pronunciamientos, que vengan las aclaraciones de que fueron «mal interpretados, no se olvide que altos funcionarios han sido mandados a callar en público. Se hace del dominio público un proyecto de Reglamento para regular la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, la radio y la televisión. Ese malhadado documento fue desautorizado por el propio Poder Ejecutivo ante las reacciones adversas de la sociedad dominicana…o¿Se olvida usted de circulares enviadas a profesores y directores de Educación, pidiéndoles «lavar la ropa sucia en casa», es decir, que no están autorizados a hablar con la prensa de manera directa, sino a través de Relaciones Públicas?…Relacionadores públicos de departamentos oficiales producen declaraciones para suavizar pronunciamientos de sus jefes que han sido tomados, quizás por sorpresa y no han podido evitar hacer enfoques de las oficinas a su cargo. Ahora mismo, Maginito, está sobre el tapete el asunto ese de los documentos puestos a la firma de propietarios y representantes de emisoras radiales, canales de televisión y telecable, dirigidos a evitar las «vulgarizaciones» en medios electrónicos y a defender el lenguaje. Los documentos tienen inspiración oficial, de la mejor buena fe suponemos, y la bendición del más alto jerarca de la Iglesia Católica Dominicana…

Y para cerrar, mi querido Magino, el presidente Leonel Fernández, quien mantiene muy buenas relaciones con la prensa y es un hombre que se ha hecho merecedor de respeto y consideración que observa con sentido de reciprocidad, el presidente Fernández repito, jamás ha auspiciado una conferencia de prensa en poco más de nueve meses de gobierno, es decir, nunca se ha sometido al escrutinio de los periodistas, en forma serena, organizada y no haciendo pronunciamientos esporádicos en actos oficiales a los que asiste….No crea, Magino, que busco una pata adicional al gato ni que sugiere que se vulnere la libertad de prensa en el país. Pero si le digo, viejito bronco, que el precio que hay que pagar para garantizar esa libertad fundamental en el régimen democrático, es la permanente vigilancia. Y dormir con un ojo abierto y el otro también es la mejor forma de cuidarla.

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