Coctelera

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¿Vio usted, Maginito, que no pasó nada de tormenta el día electoral? Ya le había avisado algo, cuando me enteré de la forma en que usted se metió en un supermercado a comprar de todo, como si esperara una clonación de David. Sin duda alguna, viejito charlatán, este país tiene muchas reservas, aún cuando esas reservas las tienen como tales y no gusta usarlas…   ¿Qué le digo del resultado electoral? Bueno, viejo verde, ahora vendrán los analistas con sus enjundiosas piezas y escribirán miles y miles de páginas para explicar por cuáles motivos su caballo favorito no entró en primer lugar.

Es evidente, bandido de película, que hay que destacar la abstención electoral, abstención que no debe causar sorpresa alguna, pues todo el mundo sabía que ocurriría. Ahora no se me haga el pendejo y quiera decir que el PLD impulsó la abstención para fastidiar a la denominada “alianza rosada”…  Aquí, viejito, mucha gente no se quiere dar cuenta de los cambios que se operan en la mentalidad de muchos dominicanos especialmente de los jóvenes, que no se quieren dejar narigonear como en un pasado relativamente reciente. No hay duda alguna de que la especie de desorden imperante en la nominación de candidatos por parte de la “alianza rosada” creó dificultades a dicha alianza. Candidatos desplazados no se quedaron quietos y sus seguidores mucho menos. Esa especie de caos, aunque quiera negarse, contribuyó a que mucha gente no votara por su partido y contribuyera, de esa manera, a la abstención electoral… Es innegable, viejito vagabundón, que se usaron, como se hace desde 1966, los recursos del Estado en la campaña. Esa práctica nociva, dañina a todas luces, se extiende en todo el Estado, pues no es ajena al poder Legislativo y al Municipal, aunque es obvio que el filete más blando procede del Ejecutivo. Naturalmente, se dan contradicciones hasta en este rasgo irregular, pues en zonas que era evidente el interés oficial en conquistar, y pese a los esfuerzos realizados, se cayó estrepitosamente ante la popularidad de líderes locales. Es una lástima que esta práctica odiosa de usar los recursos del Estado en campañas electorales no se destierre o minimice hasta su máxima expresión. Desde 1966, cuando el Partido Reformista, hoy Reformista Social Cristiano (PRSC) apoyó la repostulación presidencial del doctor Joaquín Balaguer, se inició un festival de uso de los recursos del Estado, que aún hoy se mantiene. Y eso que, cuando menos, ya no se ven militares con pañoletas rojas en las bayonetas. El paso del PRD por la jefatura del Estado no cambió las cosas y los gastos estatales se mantuvieron a favor del candidato oficial. Volvió Balaguer y las cosas siguieron igual hasta el día de hoy. No hay duda alguna de que esa es una de las cosas que hay que buscar la forma de desterrar del mapa, aún cuando se sabe lo difícil que será intentarlo…Ahora bien, Maginito, si es cierto que el peledeísmo no está formado por los Niños Cantores de Viena, es innegable que el electorado, con su voto en contra o simplemente con la abstención envía un claro mensaje a los partidos que conformaron la “alianza rosada”, advirtiéndoles que tienen, necesariamente, que hacer los cambios que impone la hora y soltar el lastre que le afecta. Es chocante, por no decir sencillamente increíble, que un partido, en plena campaña electoral, no use, al menos públicamente, figuras que han sido sobresalientes en el pasado inmediato, inclusive un presidente de la nación. Un partido así tiene que sacudirse, purgar sus filas y ofrecer a la ciudadanía un cuerpo saneado. Lo mismo, Maginito, se puede decir en cuanto al reformismo. Ambos partidos, viejo verde, necesitan modernizarse y, por encima de todas las cosas, hacerse interesantes a la juventud. Sobre todo el reformismo, pues a éste si se descuida y sigue con hierro viejo, se lo traga el PRD y le da su boronita al PLD.

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