Coctelera

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Modificar el régimen impositivo que toca las bebidas alcohólicas y el tabaco requiere la aprobación y la bendición del Fondo Monetario Internacional (FMI). ¡Nos jodimos! Mientras tanto, querido Magino, imagínese que usted puede decir ¡gracias Fidel, gracias Chávez!…

Juan Hubieres, el dinámico empresario del transporte público, tiene méritos más que suficientes para tocar los timbales en cualquier orquesta de primera. Ahora “advierte” al gobierno que debe convertirse en patrono de más de 250,000 conductores para garantizarles el Seguro Familiar de Salud. ¡Imagínese usted, el gobierno patrono de los choferes! ¿Y qué aportará a favor de los conductores el binomio formado por Hubieres y Antonio Marte? Pérez Figuereo y Cambita no se verán afectados por sus condiciones de rellenos y bocinas. ¿Y los propios choferes, qué aportes harán?… La Asociación Dominicana de Industrias Farmacéuticas Dominicanas (Infadomi) deja claro que genera más de diez mil empleos, que exporta productos no tradicionales a quince países y que suple el sesenta por ciento de los medicamentos que se consumen aquí. ¡Bravo! Sin duda alguna que la industria farmacéutica local es de primera, con inversiones multimillonarias. Es una industria que merece protección, sobre todo, ante las amenazas de las multinacionales imperiales e imperialistas, que lo quieren todo para sí y encuentran, en este país, abogados que sirven a sus malsanos intereses… Ahora bien, caro Magino, Infadomi se queja de que hay funcionarios gubernamentales que muestran prejuicios hacia la industria y que el Estado no les ofrece la protección debida. Lo ideal sería conocer cuáles son los funcionarios prejuiciados y qué desea Infadomi por parte del Estado. Suponemos, querido Magino, suponemos, que cuando se habla de prejuicios, no se estaría pensando en el programa denominado Promese, creado por el Estado para llevar medicamentos genéricos a la población más necesitada. Todos sabemos aquí que los medicamentos llamados de “marca” no están ya al alcance de las clases pobres, pues sus precios son altísimos. Los medicamentos de producción nacional son mucho más baratos que esos importados con sellos de multinacionales. Pero aún así, los genéricos que vende Promese reducen todavía más esos precios y se colocan al alcance de los que están verdaderamente fuñidos. Los anti hipertensores, las medicinas para los diabéticos, los antigripales y numerosas líneas que se expenden en las llamadas “farmacias o boticas populares” son adquiridos por los más necesitados a precios muy asequibles y solo así pueden enfrentar el drama de mantener la salud… Tenemos entendido que Promese adquiere sus medicamentos por virtud de rigurosos concursos y que las líneas compradas son sometidas a pruebas de calidad antes de ingresar a sus almacenes. Si se comprueba alguna irregularidad no son recibidas y si ponen en peligro la salud de los posibles usuarios, ni modo, a destruirlas tocan. Al parecer, Maginito, aquí hay alguna gente que se disgusta por las licitaciones públicas y entonces trata de desacreditar lo que crédito merece. En Promese se sostiene que se acabaron los días en que se adquirían, en el exterior, grandes cantidades de medicamentos vencidos, que se dejaban en almacenes pero que se pagaban a la flor, mientras que a los suplidores de buenas líneas se les mantenía deudas groseras. Mire, Maginito querido, protejamos la industria farmacéutica nacional, vamos a darle los incentivos que necesita y merece, sino los tiene, pero no descuidemos, bajo circunstancia alguna, los programas que emprende Promese a nivel nacional. Con la salud no se juega y usted puede estar seguro que los adversarios al gobierno llegarán al extremo de criticar la venta de genéricos a bajos precios, con el alegato de que se dañará a las farmacias, especialmente a las más pequeñas. Pero jamás le dirán que esas farmacias no gustan vender los genéricos, pues es preferible ganarse el 30 por ciento del precio fijado a los de marcas, que ese mismo treinta por ciento a los medicamentos que se expenden a los más jodidos de la población… La biblioteca de la Junta Central Electoral fue bautizada con el nombre ilustre del doctor Fernando A. Silié Gatón. ¡Eso es hacer justicia! El doctor Silié Gatón, durante años, ha sido el director de relaciones internacionales de la JCE. Es un fino educador y un escritor de fuste, que ha dedicado sus más cotizadas obras al comportamiento moral que se debe observar en la sociedad, sobre todo en su aspecto ético. Congratulaciones al doctor Silié Gatón. Hombres como él honran la República. Y, sobre todo, mucha falta que le hacen.

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