Caro Maginito, no hay duda alguna de que uno puede llevarse cada sorpresa que manda madre. Por ejemplo, ahora me entero de que el presidente Leonel Fernández padece lo que calificó de «original timidez» que hasta le dificulta dialogar. Mire, viejito vagabundón, si eso es así, el jefe del Estado lo disimula muy bien, primero porque siempre asegura que está abierto al diálogo y luego por la extraordinaria facilidad de palabra que posee.

Esa supuesta timidez, según señaló el propio mandatario, le causa impedimentos para responder con ligereza las preguntas que puedan formularle los periodistas. Naturalmente, charlatancito de aldea, el presidente Fernández dijo algo que no puede discutírsele: hay mandatarios que hablan mucho y otros que hablan poco. Eso es así, sobre todo cuando se trata de los que hablan muchas pendejadas y son incoherentes hasta la tambora. De todos modos, viejo Magino, este es un país muy especial: el doctor Joaquín Balaguer dijo una vez que no era político y ahora uno de los mandatario que hemos tenido con mayor facilidad de expresión se define como tímido. Hay que hacer constar, don Magino, que las explicaciones del presidente Fernández no convencen del todo a quienes le solicitan que se manifieste en conferencias de prensa debidamente organizadas. Creemos que el jefe del Estado no gusta de esas conferencias y por eso no las patrocina. Es cuanto….. Sindicalistas no quieren que el subsidio al gas licuado de petróleo tenga un tope, como aseguró Temo Montás. ¡Lástima! ¿Y no sería posible conseguir una ley que disponga el regalo del GLP para los sufridos obreros del volante? Eso sería justicia, ya que de la otra es mejor ni hablar….. Afirma doña Lila Alburquerque que si el Reformista Socialcristiano (PRSC) fracasa en su muy cercana convención, esa agrupación política corre el riesgo de desaparecer. Esa sí que sería una lástima grande, pero como todo no puede ser malito, a cierta gente le quedaría ONGs para defenderse… La Feria del Mango, en Baní, lució un tiro. Los banilejos se las traen. Ahora por esos lares se trabaja mucho en la siembra de mangos de calidad para la exportación, lo que es muy bueno para el país. De pasada, congratulaciones a los banilejos por lo limpia que mantienen su ciudad… Buhoneros comenzaron a dejar el área verde del kilómetro 9 de la Duarte, después que el Ayuntamiento del Distrito Nacional soltó su larga borona. Para otro sitio irán, eso apuéstelo. Por otro lado, mi querido Magino, Antonio Marte, el manager de Conatra, asegura que está «loco» por irse del 9, con su mariachi, hacia el Canódromo, pero que todo depende de que al síndico Roberto Salcedo se cantee. Sin duda que esta gente hizo una buena inversión, pues se metió en un área verde del Estado, sin aflojar un solo centavo. Para salir de allí, el Ayuntamiento tiene que pagarles con dineros que facilitan a la brava los guanajos, con sus impuestos. Y ahora van para el Canódromo y según Marte, el Ayuntamiento se comprometió a colocar allí una verja ciclónica. ¡Negocio redondo!…..Magino, hay algo que no entiendo y ojalá usted pueda hacerme comprender la solución a esa vaina. Me cuentan que en una zona de Santo Domingo se han pre establecido apagones de diez horas de duración, pues en esa zona, al parecer, hay muchos, pero muchos, que no pagan el suministro de energía como es debido. Se da el caso, sin embargo, de que también mucha gente que vive en el sector, paga religiosamente sus facturaciones y por eso, sin duda alguna, constituye un abuso privarles de energía durante diez horas al día. ¿Qué culpa puede tener quien paga los servicios que recibe, para ser sancionado junto a los que no pagan? No hay duda alguna, el hilo en conitos tiene que ser un descubrimiento dominicano así como también la bola ensalivada…Y ya que hablamos de energía eléctrica, esperamos que dentro de un año no vuelvan a anunciarnos que revisarán los contratos suscritos con Cogentrix y Enron. De la misma manera, sería bueno una revisión a los diarios, para enterarnos de cuantas veces se ha dicho que el gobierno busca o tiene convenios de préstamos para sanear el Higuamo, de San Pedro. Mientras tanto, el río y su pupú, ¡ahí! dañándolo todo.