Coctelera

Coctelera

Pocas semanas después de ser escogido como candidato a la vicepresidencia del país por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el doctor Leonel Fernández me giró una visita de cortesía. Acudió solo, sin escolta alguna, al despacho del Coctelero en HOY. El joven dirigente político, con su tremenda facilidad de expresión, me hizo un rápido recuento de sus actividades y me describió algunos de sus proyectos. Lo que más me llamó la atención, sin embargo, fue el cuadro pre electoral, que me hizo del campo. El doctor Fernández, sin darle muchas vueltas al asunto, me dijo que se encontraba muy impresionado al comprobar que el doctor Joaquín Balaguer, quien no había iniciado su campaña, contaba con una fuerza arrolladora en la campiña criolla. Me explicó que había apreciado que el campesinado, pese a sus múltiples problemas, seguía fiel a Balaguer y que sería muy difícil vencer al líder reformista, en el sector rural, sobre todo después que iniciara allí su campaña. Fernández, aunque aceptaba que Balaguer había incurrido en muchos yerros -que él no vaciló en denunciar hasta por escrito- hablaba con respeto del viejo y ya ciego caudillo y a veces podía interpretarse que hasta con cierta admiración. Cuando el doctor Fernández conversaba con el Coctelero sobre el particular, Balaguer y el líder peledeísta, profesor Juan Bosch, lucían como adversarios aparentemente irreconciliables, aún cuando en algunos segmentos políticos se decía, maliciosamente, que Balaguer y Bosch se complementaban en forma admirable, y que uno no podía existir sin el otro. Todavía no se había registrado el denominado “pacto patriótico” suscrito entre reformistas y peledeístas para cerrar el acceso a poder al líder perredeísta José Francisco Peña Gómez y a su compañero de boleta Fernando Alvarez Bogaert, un antiguo dirigente del PRSC a quien Balaguer no quería ver ni en pintura en esa época. Pasaron los meses y los meses y los años. Y ahora, el pasado domingo, capitalizando las simpatías de antiguos dirigentes y miembros del partido que dirigió Balaguer hasta la hora de su deceso, Fernández concluye con palabras con las cuales Balaguer cerraba sus filípicas electorales: al paso de vencedores! Amén. El estilo del viejo caudillo, al parecer, ha encontrado un heredero retórico. Felizmente nada más que el estilo retórico!….  Maginito querido, como en este país cualquier cosa puede pasar, en nada me sorprenden las declaraciones del aspirante presidencial peledeísta, Danilo Medina, en el sentido de que legisladores reformistas y perredeístas estudian la forma de producir una reforma constitucional que impediría la reelección en el próximo cuadrenio. En primer lugar, y para que evite malas interpretaciones, usted sabe que he sido, soy y seré opuesto a la reelección del jefe del Estado, sin importar quien sea éste. Ahí están las colecciones de diarios con mis opiniones sobre el particular. Pero ahora debo decirle que ni reformistas ni perredeístas tienen fuerza moral para buscar una prohibición de la reelección presidencial. Los reformistas, por el hecho de haber sido reeleccionistas todo el tiempo, con el doctor Balaguer a la cabeza. Y los perredeístas por haber reformado la Carta Magna, creyendo en el huevo de la lechuza con una repostulación de Hipólito Mejía. Si cuanto se busca es cerrar el paso a la reelección del presidente Fernández, ni modo, la mejor manera de hacerlo es buscando que el pueblo le niegue su voto el 16 de mayo del 2008…. ¡Qué bien luce Fidel Castro en su entrevista con sus colegas comunistas de Japón! ¡Para que sufran quienes jugaban en línea al presidente cubano y daban por un hecho la firma de su contrato con los Carmelitas!….q Al síndico Roberto Salcedo habrá que reconocerle, cuando menos, su gran capacidad de aguante. Con el “Finito” es palo si bogas y palo si no bogas. Sin duda, Maginito, que a Salcedo se le formulan críticas justas pero también muchas injustas. Se le exigen cosas que el Ayuntamiento jamás estará en condiciones de brindar a los munícipes. ¿De dónde carajo va a sacar el Cabildo miles de millones de pesos para construir el alcantarillado sanitario que necesita Santo Domingo? Es cierto que bajo la rectoría de Salcedo se han cometido errores y se han descuidado aspectos necesarios para la vida de Santo Domingo. Pero al “Finito” hay que reconocerle su interés en que la capital se humanice un tanto. Ha rescatado muchos parques que se encontraban abandonados aunque cualquiera le censura que le ponga tantos bancos para disfrute de la vagancia. Se ha preocupado por los centros infantiles. Tratar de que avenidas luzcan más hermosas no es nada criticable, aunque hay demasiado palmeras en Santo Domingo. ¿Arreglar las calles? ¿Y de dónde saca fuerzas el Cabildo para eso? ¡Qué se faje Obras Públicas, que también tiene que revisarse! En fin, Maginito, el Finito no es la última gaseosa en el desierto, pero tampoco ha sido el peor síndico que hemos tenido en los últimos años….

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