Coctelera

Coctelera

Maginito querido, si los Estados Unidos van a decirnos como controlar nuestra frontera con Haití, y por cuestiones de estricta reciprocidad, ¿no podríamos los dominicanos black people indicarles como manejar ellos su frontera con México? No, por nada. Por pura gratitud…

La Junta Central Electoral (JCE), mi querido Magino, le ha metido un torpedo al Banco Mundial, torpedo que debería ser soplado por todos los dominicanos, por si acaso. La JCE rechazó, de plano, la concesión de autonomía al Registro Civil y expresó una cosuanita que debería llamar la atención de todos. El pleno de los magistrados electorales dijo: “Quienes hoy dirigimos la Junta no podemos ceder ante las presiones foráneas de simplificar los trámites para la adquisición de actas de nacimiento y permitir que padres sin documentos puedan registrarse y registrar sus hijos, como recomienda en su informe la misión del Banco Mundial en franco desconocimiento de la ley sobre la materia”. ¡Palmas para la JCE y para el carajo el Banco Mundial!…

El enviado especial de las Naciones Unidas para Haití, el chileno Juan Gabriel Valdez teme que lo que llamó fuerzas criminales traten de impedir el proceso electoral haitiano que debe culminar con las elecciones de noviembre venidero. La verdad de la verdad, Maginito, es que Haití no es una pastillita de clorato y hoy los verdaderos responsables de cuanto pasa allí se quieren lavar las manitas. Haití es un gran fracaso para Estados Unidos y sus aliados grandotes. Creyeron que podrían trasplantar la democracia en el vecino país. Llevaron en hombros a Aristide para después desguabinarlo ellos mismos y ahora lloran como puros carajetes, creyendo que Brasil y Argentina pueden sacarles las castañas del fuego, mientras ellos se dedican a tapar los hoyos que han abierto en Irak y Afganistán, al lío que tienen con Corea del Norte e Irán por los casos atómicos y otras vainitas más. Mientras tanto, Fidel y Chávez gozan de lo lindo viendo como el burro quiere llamar orejú a sus semejantes…

La foto de primera página de El Nacional de ayer tarde es una prueba inequívoca de que en la política dominicana se vale todo. Hay madre del play y más pendejadas que el carajo. Los insultos al granel, las amenazas y de todo y lechosa. Y cuando la piña se pone agria, ni modo, a buscar a Agripino, el mejor puente existente, que es de acero por flexible y para quien no se ha dictado aún una ley pública de peaje. ¡Leonel y Mejía se abrazan! Todo menos de veinticuatro horas después que Hipólito declaraba que se le había agotado la paciencia y que estaba dispuesto a darle a la lengua que eso era un gusto si le fuñían mucho la pista!…

De todos modos, Maginito, hay que congratularse de ese abrazo y congratularse más, si dicho abrazo es sincero. Hipólito y Leonel, al parecer, están de acuerdo en impulsar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en el Congreso y en hacer una realidad de la reforma fiscal. Mire, Maginito, que Leonel y don Hipo mantengan relaciones decentes y cordiales, respetuosas de la ley, es importante, sobre todo porque eso deja la política en manos de los políticos y no de quienes por poseer el poder económico se consideran dueños absolutos del país. Y pata para don Agripino, quien baraja el dominó más bien que el carajo hasta el punto de que en su entorno, desde el lunes en la noche había dejado entrever que la reunión del presidente sería en horas de la mañana…

La posición de la dirigente reformista Alexandra Izquierdo es difícil que prospere: que los disidentes expulsados del PRSC por haberse entendido con Leonel reingresen al partido como simples soldados. Mire, Magino, seamos prácticos, ¿cuándo carajo ha visto usted que a un general de brigada lo reintegran al cuerpo armado como raso?…

Maginito, si Hipólito se pone a hablar de las cosas que conoce, ¡amárrese el cinturón! Usted podrá decir cosas de un presidente o un expresidente, pero las que éstos saben por distintos canales, eso no tiene madre. La verdad es que si Mejía se refiere al caso Quirino, ni modo, mucha gente tendrá que ponerse antitetánicas o simples toxoides, pues el antiguo mandatario no cree en eso de ley de libelo ni cosas por el estilo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas