Coctelera

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Buen día, don Magino. Tengo para decirle que el presidente Leonel Fernández tendrá que usar su voluntad política, toda su voluntad política, para evitar que algún chanchullo impida que se ponga en marcha el programa de seguridad familiar, creo que fijado para iniciarse el primero de junio venidero.

Por ahí se asegura que el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) hace algunas cositas que no van a beneficiar la puesta en marcha del vital seguro familiar de la salud. Y está, también, la cuestión esa de los médicos y los honorarios que habrán de percibir por prestar sus servicios al sistema.  Mire, Maginito, en varias ocasiones hemos mostrado nuestras diferencias con algunas medidas tomadas por el Colegio Médico Dominicano (CMD), que es lo mismo que decir la agrupación sindical de ese decisivo sector profesional. El CMD ha mostrado, hasta ahora, que rechaza la forma en que se quieren usar los servicios de los galenos en la seguridad familiar. Parece que el CNSS aspira que los médicos presten sus atenciones por una chilata y que los usuarios del seguro, cada vez que recurran al mismo, «paguen» cien pesos al profesional que los atienda. Ese pago, hasta cierto punto, se contradice con las finalidades que persigue el seguro familiar de salud y deja claramente establecido que quien no lo haga, no puede tener derecho pleno a ese aspecto tan vital de la existencia humana…q El CMD ha expresado su propuesta de cobrar, por consulta, hasta 400 pesos. Esa es una suma, si se quiere decir así, relativamente baja, dado el costo por consulta médica que se estila cobrar ahora mismo en el país. No creo que sea justo sacrificar -o tratar de hacerlo- a los médicos que usen el sistema. Todos sabemos que el costo de la vida, para los médicos, no solo es igual al del resto de los ciudadanos, sino que, en ciertos aspectos, se eleva por encima del nivel considerado normal. ¿Qué decir del precio de las revistas y los libros altamente especializados que reclaman los médicos? ¿Cuál es el costo de los seminarios a los que, periódicamente, deben asistir si quieren mantenerse al día en el ejercicio profesional? Magino, este caso de la prestación de los servicios médicos en la seguridad familiar tiene que resolverse, a la mayor brevedad posible, y en la forma más satisfactoria para la actividad. Sin médicos no hay seguridad familiar. Y es muy fácil fijar algo que los médicos rechacen para luego culpar a éstos de cualquier posposición en el inicio del programa….q  Ya hay denuncias de que se trata de proteger agrupaciones privadas en la prestación de servicios a los empleados públicos y por eso se pretende congelar la matrícula del Seguro Nacional de Salud (SENASA). También, viejo vagabundón, se especula que desde áreas del CNSS se podrían realizar esfuerzos para evitar cualquier reestructuración del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS)…q Y como si todo eso fuera poquito, se habla de pasitos más chéveres que se dan para evitar la prestación de servicios maternos e infantiles. Ojalá que todas estas pendejaditas sean cosas nacidas en la mente siempre calenturiente de Radio Bemba….q No hay duda alguna, viejo querido, que el presidente Fernández, cuando menos en su campaña publicitaria, usa la seguridad familiar como un logro. Por eso, el mandatario no puede permitir, bajo circunstancia alguna, que cualquier pugna de intereses trabe lo que debe ser uno de sus grandes logros presidenciales. El presidente Fernández ha ganado fama de ser un hombre excesivamente cauteloso, demasiado solidario con sus amigos. En el caso de la seguridad familiar, cualquier vainita que detecte, debe hacerlo cambiar de actitud y aplicar, con toda energía, los correctivos que sean de lugar. El costo de la salud, en este país, es sumamente caro. Y el de los medicamentos es todavía, más costoso. Enfermarse, aquí, es una especie de lujo. Para los pobres, el drama es peor, pues los hospitales públicos acusan notables deficiencias por falta de recursos o por la entrega tardía de esos recursos. El Programa de Medicamentos Esenciales (PROMESE), del Estado, trata de aliviar la situación con la venta, a muy módicos precios, de medicamentos genéricos de primera clase. Eso, sin embargo, también choca con la pugna de intereses que existe en este país en todos los órdenes. Son muchos y muchos los obstáculos que se han puesto al inicio del plan de seguridad familiar. Algunos de esos obstáculos han sido producto de metidas de patas gubernamentales. Pero no hay duda que la mayoría provienen de cositas que se gestan en el tan amado sector privado, ese mismo que alberga miembros que al no entregar las cotizaciones de los obreros al IDSS, usa esas cotizaciones como si se tratara de un capital de trabajo por el cual no tienen que pagar intereses. En cierta forma, Maginito, el éxito del inicio del seguro familiar de salud depende, en gran medida, de la intensidad que use el mandatario en sus muñecas, pues no puede permitir, bajo circunstancia alguna, y mucho menos en una campaña reeleccionista, que se postergue algo que hace rato debió comenzar. Así de sencillo.

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