Coctelera

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Buenos y santos días le depare el Señor a mi querido Magino y a los suyos. Vamos a comenzar este dialoguito de hoy con una invitación cordial al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, el primo César Pina Toribio. Sería ideal que César informara al país si ya es inexistente aquella disposición dictada por el presidente provisional, doctor Héctor García Godoy, por virtud de la cual era imprescindible que cualquier arbitrio municipal fuera aprobado por el Consejo Nacional de Desarrollo (CND).

De pasada hay que decir que el CND, en cuarentaidós años de existencia, sólo se reúne una vez al año, para aprobar el proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos de la nación. Nunca se ha reunido, al menos que se sepa públicamente, para otra cosa, y mucho menos para refrendar una carga municipal. Sería muy interesante que el doctor Pina Toribio complaciera nuestra petición, dado que el síndico de Santo Domingo Oeste, Francisco Peña, afirmó que cobrará el chelito por peso vendido a muchísima s empresas radicadas en el sector que comanda, a menos que éstas se sienten a dialogar. ¡Qué diálogo del carajo, después de dar la puñalada… Magino, ¿no se encuentra usted raro eso de que los dueños y manejadores de hoteles no protesten por el alto número de ocupaciones que manejaron durante la Semana Santa? ¿Habrán perdido algún dinerito esos camajanes?…. El economista Julio Ortega Tours va como embajador a Colombia, en sustitución del licenciado Silvio Herasme Peña, quien pasa a desempeñar funciones de jefe de la delegación diplomática dominicana en Montevideo. Mire, Maginito, cuando usted leía los artículos de Ortega Tous en el Listín Diario le daba la impresión como que el muchachón no estaba muy de acuerdo con la política económica del presidente Leonel Fernández. El jefe del Estado, en ese sentido, se parece mucho al doctor Joaquín Balaguer: a mis adversarios o a quienes parecen serlo, «San  Alejo, aléjalos»…q Maginito, prácticamente se puede decir que un equipo de novatos -seis sacerdotes y un diácono- le entraron a palos a titirimundachi. Las «Siete Palabras» del Viernes Santo, a cargo de gente joven, vapuleó al gobierno, a la oposición, al sector privado, muy especialmente a los empresarios-sindicalistas que manejan el transporte público de pasajeros. Los religiosos que emplearon un lenguaje flamígero, puede que incurrieran en algunas exageraciones, pero tienen una gran ventaja sobre muchos de sus colegas. Esos sacerdotes viven la tragedia que denuncian. Están en medio de la vorágine y no hablan por boca de ganso. Ellos sufren lo que sufren miles y miles de dominicanos en los barrios llamados «pobres» o «marginados». Esos sacerdotes dieron al gobierno lo que al gobierno corresponde: una crítica dura por el lujo y la corrupción que no son invisibles. Al sector privado le cocotearon por avaro y eso que allí no se habló de corrupción. Y como si usted no quisiera la cosa, el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón de la Rosa y Carpio, censuró el hecho de que se eliminaran las restricciones para la venta de bebidas alcohólicas en los días de la Semana Mayor. Volviendo a las «siete palabras», mi querido Magino, hay toros de la oposición que le piden al gobierno que acepte las críticas formuladas y que las acepte con humildad. ¡Esa gente sí sabe! ¡Como si los curas no dieran a cada uno lo suyo!… ¿Qué Leonel se reunió con el expresidente Bill Clinton y la esposa de éste, Hillary Clinton, aspirante a la nominación presidencial demócrata? ¡No, hombre! ¿Y con quién usted quería que se reuniera? ¿Con Gatagás? Bien hace el mandatario dominicano en juntarse con Clinton y su esposa cuantas veces sea posible. Y bien hace, también, al gestionar que Clinton acuda a Funglode. Clinton es uno de los grandes presidentes que ha tenido Estados Unidos en su historia. Y si doña Hillary se convierte en jefe de Estado, el imperio tendrá un presidente que, cuando menos, nunca ha sido hostil a los dominicanos y, por el contrario, aquí tienen muchos amigos… El Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), con sobrada razón, ha hecho emplazamientos públicos a los sectores oficial y privado para que se pongan al día en sus deudas provocadas por la falta de cumplimiento en el pago de las cotizaciones de los trabajadores y empleados. Usted tiene que saber, mucho mejor que yo, que hay patronos que retienen el dinero cobrado por cotizaciones a sus trabajadores y no lo entregan, como en su deber, al IDSS. Esos patronos, en la práctica, usan ese dinero como si se tratara de un capital de trabajo por cuyo uso no pagan un solo centavo de interés. Del sector público nada hay que decir. Ese es mala paga «por principio». Recuerde usted que, en una ocasión, nada menos que un director del IDSS dijo que la deuda del Estado con la entidad aseguradora, constituía una «reserva técnica»… Como quien no quiere la cosa, y mientras usted debía a todo dar, el gobierno le clavó 2.60 de los podridos al galón de gasolina corriente y 3.60 a la llamada premium. Y no pregunte mucho, pues le dan una respuesta que usted considera, entonces, que el aumento ha sido chiquitito y con poca voz.

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